En medio de las protestas populares en el sur del Líbano en rechazo a las políticas de Washington, la delegación estadounidense se vio obligada a cancelar su visita a Tiro y Jiam.
La población del sur del Líbano en general, y de las aldeas fronterizas en particular, organizó una protesta en la ciudad sureña de Jiam, denunciando el apoyo estadounidense a los ataques israelíes y la continua injerencia estadounidense en los asuntos internos libaneses. La protesta coincidió con la visita que la delegación estadounidense tenía prevista realizar este miércoles al sur del país.
Los participantes en la protesta levantaron consignas expresando su rechazo a las insultantes declaraciones estadounidenses contra el Líbano y su pueblo, afirmando su compromiso con la preservación de la soberanía del país y la necesidad de detener los ataques israelíes y la injerencia estadounidense en su territorio.
El martes, desde el palacio presidencial, el enviado estadounidense Tom Barrack se dirigió a los periodistas presentes con un lenguaje insultante y despectivo, diciendo: “Vamos a establecer un conjunto diferente de reglas aquí. Quiero que guarden silencio un momento”, y amenazó: “En cuanto la situación se vuelva caótica y el comportamiento se vuelva salvaje, nos iremos”. Añadió: “Si quieren saber qué está pasando, actúen con civilidad, amabilidad y tolerancia, porque este es el problema de lo que está sucediendo en la región”.
La congresista Jeanne Shaheen, hablando desde el Líbano el martes, indicó que no estaban allí para discutir lo que “Israel” ha hecho y hará, y enfatizó que “el objetivo es desarmar a Hezbolá”.
En este contexto, el senador estadounidense Lindsey Graham dijo: “Queremos un Hezbolá desarmado, y después de que el partido esté desarmado, hablaremos con “Israel”, con quien mantendremos diferentes diálogos”.
Source: Al Mayadeen