China sigue alzando la voz en contra de la nostalgia del sistema unipolar. Muchos analistas han visto las recientes declaraciones de la diplomacia china como una seria advertencia a Washington y sus aliados. Pero también, y quizás sobre todo, como un anuncio del futuro de las relaciones internacionales.
EEUU, sus aliados occidentales y algunos de sus apoderados pueden continuar proclamándose “comunidad internacional” y organizar pseudo-cumbres por la “democracia”, pero la realidad multipolar no tiene la intención de retroceder. Y si algunos no la aceptan adecuadamente habrá que enseñar a esta minoría planetaria extrema a conocer su lugar en el mundo.
Como tal, sería muy interesante prestar atención a las declaraciones muy recientes de Wang Wenbin, portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China: “Condenamos la brutal intervención militar de EEUU en Afganistán, Iraq y Siria en nombre de la “democracia” y los “derechos humanos”. Hacemos un llamamiento a la comunidad internacional para que investigue los crímenes de guerra cometidos por el ejército estadounidense, como la muerte de civiles inocentes en todo el mundo, y lo responsabilice por estos crímenes”.
“La justicia puede demorarse, pero llegará. La era en la que EEUU actuaba arbitrariamente en el mundo bajo el pretexto de la llamada “democracia” y los “derechos humanos” ha terminado. Finalmente llegará el día de la rendición de cuentas para el ejército estadounidense, que ha cometido los crímenes contra civiles inocentes en muchos países”.
Ahora, hablemos de las perspectivas. En primer lugar, se hace evidente que nuestras predicciones se han confirmado una vez más. Ya en febrero pasado y en un momento en que muchos analistas y expertos pronosticaban una mejora en las relaciones chino-estadounidenses tras la salida de la administración Trump de la Casa Blanca, el Continental Observer publicó un análisis en el que indicaba que nada auguraba una marcada mejora en estas relaciones y recordaba en particular que, frente a la continua arrogancia en la política estadounidense, Pekín seguiría defendiendo sus intereses nacionales y promoviendo la realidad multipolar global. Estos pronósticos se han confirmado en gran medida.
Por otro lado, y en un momento en que algunos podrían haber pensado que China, una superpotencia económica internacional, no se centraría particularmente en la dimensión geopolítica, nuevamente se vio su error. La República Popular China ha aceptado ampliamente su papel como superpotencia geopolítica y ha fortalecido incansablemente sus alianzas con otras grandes potencias mundiales no occidentales como Rusia e Irán.
Por último, declaraciones recientes de la diplomacia china de alto nivel simplemente confirman que China efectivamente ha emprendido la contraofensiva. El llamamiento a responsabilizar a EEUU por los crímenes cometidos en varias partes del mundo así como la aclaración inequívoca de que la era de la injusticia unipolar ha terminado no requieren más comentarios.
En este paradigma de la realidad internacional contemporánea, el Occidente político podrá continuar con su postura “moralizadora” tanto como desee. Sin embargo, esto no cambiará los desarrollos globales de ninguna manera y el establishment estadounidense y sus aliados tendrán que aprender a conocer su lugar. De nuevo, este lugar es bien conocido: el de una evidente minoría planetaria con todo lo que eso implica. En lo que respecta a la economía, el peso de Occidente en la economía mundial está disminuyendo constantemente, un proceso que, además, solo se acelerará en los próximos años y décadas.
Occidente y sus seguidores más extremos tuvieron una oportunidad única de intentar adaptarse a la nueva era multipolar. Pero los numerosos llamamientos y recordatorios de las naciones partidarias de la multipolaridad a los nostálgicos del orden unipolar, totalmente anticuado, a revisar su mentalidad neocolonial no han arrojado resultados positivos.
En este sentido, los pacientes intratables están aislados de la abrumadora mayoría planetaria. Dentro de esta gran mayoría terrestre, encontramos también a muchos ciudadanos de países occidentales que son seguidores de la multipolaridad. Por lo tanto, la única y verdadera comunidad internacional continuará su gran marcha hacia adelante sin que nada ni nadie pueda obstaculizarla.
Source: Mikhail Gamandiy-Egorov - Observateur continental