Las autoridades saudíes han ejecutado a Makki bin Kazem Al Obaid un ciudadano de la región de Qatif, en la provincia del Este del reino, rica en petróleo y poblada por shiíes, por su presunta participación en “actividades terroristas y posesión de armas”.
La agencia estatal de prensa saudí (SPA), citando al Ministerio del Interior, informó que el lunes se ejecutó la sentencia de muerte contra Makki bin Kazem Al Obaid en la ciudad de Dammam.
El hombre saudí que fue ejecutado “participó en dos operaciones de disparos contra las fuerzas de seguridad con la intención de matar” y “en el tráfico y posesión de armas”, alegó el ministerio en un comunicado.
Estaba “vinculado a personas buscadas por actividades relacionadas con el terrorismo”, afirmó además el comunicado.
El 5 de octubre, las autoridades saudíes ejecutaron a otro ciudadano de la región de Qatif después de acusarlo de presuntos vínculos con una “célula terrorista”.
Arabia Saudí ha intensificado las detenciones, el enjuiciamiento y la condena por motivos políticos de disidentes pacíficos y activistas pro-derechos humanos, en particular en la Provincia del Este. Cualquier manifestación de protesta es considerada un “acto de terrorismo”, según las draconianas leyes saudíes. Ninguna actividad política opositora es tolerada.
La Provincia del Este ha sido escenario de manifestaciones pacíficas desde febrero de 2011. Los manifestantes han estado exigiendo reformas, libertad de expresión, la liberación de los presos políticos y el fin de la discriminación económica y religiosa contra la región.
Source: Press TV