El canciller de Venezuela, Jorge Arreaza, llamó hoy a la comunidad internacional a detener los genocidios imperiales, a propósito de la situación existente en Afganistán tras dos décadas de ocupación militar de EEUU.
Arreaza hizo referencia a un análisis del Instituto Samuel Robinson, el cual reseñó el amplio registro de crímenes de lesa humanidad, violaciones masivas de derechos humanos y masacres en la nación centroasiática, bajo la excusa de la guerra contra el terrorismo.
“¿Y no hay responsables? La verdadera comunidad internacional debe reaccionar. ¡Ya basta! Detengamos para siempre los genocidios imperialistas”, enfatizó el jefe de la diplomacia venezolana en la red social Twitter.
De acuerdo con un hilo de mensajes publicado en la cuenta del centro de estudios para el Pensamiento Original, el caso de Afganistán, por su enorme nivel de virulencia, impunidad y por lo prolongado en el tiempo, resulta uno de los más simbólicos y sangrientos en la historia de las intervenciones militares de Occidente en el Sur Global.
Al respecto, citó cifras del proyecto Costs of War, de la Universidad de Brown (Estados Unidos), el cual estimó en más de 71.300 las muertes de civiles como consecuencia directa de la ocupación, las operaciones de contrainsurgencia y los bombardeos estadounidenses.
“Particularmente niños y niñas, y también las mujeres, han sido víctimas de los ataques aéreos ejecutados de manera indiscriminada contra zonas civiles, centros educativos y poblados sin ningún valor militar específico que los justifique”, denunció el Instituto Samuel Robinson.
Asimismo, la intervención y la guerra provocaron el desplazamiento forzado de cientos de miles de afganos hacia Pakistán, Irán y otros países adyacentes; en total, 2,7 millones de refugiados viven fuera del país, y hay al menos cinco millones de desplazados internos según la ONU.
El centro de estudios subrayó que los crímenes contra la población afgana cometidos por EEUU y sus aliados, junto al enorme grado de sufrimiento generado por la ocupación, debe ser una lección suficiente para derribar el mito de las “intervenciones humanitarias”.
Source: Prensa Latina