Entre el domingo 24 y el viernes 29 de enero, el canciller iraní Mohammad Yavad Zarif realizó una gira regional, que lo llevó a la República de Azerbaiyán, Rusia, Armenia, Georgia y Turquía para reunirse con sus homólogos y con otros funcionarios. Este es el Cáucaso Sur, una zona estratégica ubicada en la confluencia de rutas energéticas que ningún actor regional e internacional puede ignorar. Las conversaciones de Zarif se centraron así en fortalecer la convergencia regional, algo contra lo que el eje EEUU / “Israel” está haciendo todo lo posible porque es aquí donde radica la clave del éxito de sus planes y proyectos de desestabilización.
En un momento de cambios de color en Washington y los temores a la nueva administración demócrata que siente la Turquía de Erdogan y la clase dominante pro-Trump en Georgia, Irán quería recordarle a estas élites que está mal contar con países ubicados a miles de kilómetros del Cáucaso mientras la fuerza todavía reside en la unidad con sus vecinos. Una “cooperación de seis partes” que uniría a Irán, Rusia, Georgia, Armenia y Azerbaiyán y Turquía es bienvenida, especialmente dado que el conflicto de Nagorno-Karabaj ha demostrado claramente a las poblaciones de los países afectados cuánto el Imperio estadounidense y sus asociados desprecian a los pueblos de la región, su presente y su futuro y cómo juegan con su paz y seguridad.
Alexandre Maryasov, experto del Valdai Club, estimó en una entrevista exclusiva con la agencia de noticias iraní IRNA, que Irán y Rusia constituyen las dos potencias vecinas de la región del Cáucaso Sur y el Mar Caspio y que serían capaz de crear una dinámica a seis, adecuada para contrarrestar la ofensiva occidental. Esto es tanto más importante dado que Rusia es actualmente objeto de una guerra híbrida por el asunto Navalny y que en el Mar Negro, los barcos de los países de la OTAN sigue multiplicando sus provocaciones. “Estos dos países (Rusia, Irán) asumen una parte importante de la responsabilidad de asegurar la estabilidad y la prosperidad económica de esta región y evitar que las brechas sean explotadas por los estadounidenses y la OTAN: la cooperación entre Irán y Rusia, en un formato de seis partes, podrá abordar las desastrosas consecuencias de la reciente guerra de 44 días entre Armenia y la República de Azerbaiyán y preparar el terreno para la prosperidad económica de la región y, por tanto, para una reformulación de las alianzas”.
“Ya es hora de que las discusiones entre la cooperación iraní y rusa sobre Nagorno-Karabaj se conviertan en un terreno para transformar las hostilidades en el sur del Cáucaso en interacciones y cooperación”, señaló. Además, Irán avanza en la misma dirección: aprovechando sus afinidades religiosas, culturales e históricas, actúa en todos los frentes, manteniendo sus estrechos vínculos con Ereván y Bakú. “El conflicto de Nagorno-Karabaj hizo posible una intervención de fuerzas extrarregionales en los asuntos de esa región, una intervención que conllevó el riesgo de desestabilizar toda la región del Mar Caspio. La era de Biden puede ser aún peor en esta región y los intentos intervencionistas estadounidenses serán más numerosos. Por tanto, la cooperación entre Irán y Rusia es necesaria tanto en Siria y Oriente Medio como en el sur del Cáucaso. En otras palabras, está surgiendo un fuerte frente anti-estadounidense. EEUU podría usar la energía nuclear iraní para intentar mantener a Irán alejado de China y Rusia. El viaje de Zarif ha sido, sin embargo, un paso dirigido a demostrar que Irán permanece en el campo oriental y que sigue exigiendo y trabajando por un orden multilateral”, dijo el experto ruso.
Esto, sin duda, explica la unión de ideas desplegada entre Moscú y Teherán sobre el tema nuclear emblemático. Las conversaciones de Zarif no se limitaron a temas como la cooperación regional y la convergencia. El acuerdo nuclear de 2015 dominó gran parte de las conversaciones entre los ministros de Relaciones Exteriores de Irán y Rusia en Moscú. “Lo que nos importa sobre la nueva administración de EEUU es si Joe Biden levanta las sanciones que Trump impuso a la República Islámica de Irán”, dijo Zarif a Moscú. Hizo hincapié en que si la parte estadounidense cancela las sanciones anti-iraníes y deja de obstruir la cooperación económica entre Teherán y otros países, Irán también volverá a sus compromisos, asumidos en el marco del acuerdo nuclear. ¡Y no de otra manera!
Durante una conferencia de prensa conjunta con su homólogo iraní, el canciller ruso, Serguei Lavrov, anunció que Irán y Rusia comparten la misma posición sobre el acuerdo nuclear. Las sirenas occidentales ya no podrán adormecer a Teherán, que se ha establecido como una potencia regional o incluso como un eje para nuevas alianzas.
Source: Press TV