China ha expresado firmemente su oposición a las reuniones entre la presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen, y altos políticos republicanos durante una visita a EEUU.
“Nos oponemos firmemente a que los líderes de la provincia de Taiwan, sobre base de una visita de tránsito, mantengan cualquier forma de contacto con funcionarios estadounidenses y participen en actividades que se interfieren y dañan las relaciones entre China y EEUU”, dijo un portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores chino, Lu Kang, el lunes.
La reacción de China se produjo después de que Tsai se reuniera con el senador Ted Cruz y el gobernador de Texas, Greg Abbott, cuando hizo escala en EEUU durante una gira por América Central.
Cabe señalar que los seis países de América Central (junto con otros 14 estados del mundo mantienen relaciones con Taiwán como “República de China”. Ella comenzó su gira de nueve días el sábado con visitas a Honduras, Nicaragua, Guatemala y El Salvador.
Su oficina también confirmó que Tsai mantuvo una conversación telefónica con el senador republicano John McCain.
“Me sentí honrado de reunirme con la presidenta Tsai Ing-wen de Taiwan hoy”, dijo un comunicado difundido por Cruz. “Discutimos las oportunidades de mejorar el estatus de nuestras relaciones bilaterales en sectores como la venta de armas, los intercambios diplomáticos y las relaciones económicas”.
Él señaló que los miembros del Congreso del área de Houston habían recibido una “curiosa” carta del Consulado Chino pidiendo que se abstuvieran de reunirse con Tsai.
El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, dijo que no se encontraría con ella, ya que es “un poco inapropiado” reunirse con nadie hasta que jure su nuevo cargo.
Pekín ve a Taiwán como una provincia separatista que forma parte de China y ha advertido a Tsai contra la búsqueda de la independencia. La Ley Anti-Secesión china de 2005 autoriza el uso de la fuerza contra Taiwan si la isla se declara independiente formalmente. China ha advertido también a EEUU de graves consecuencias si se aparta de la política de “una China” que Pekín promueve formalmente.
Source: Agencias