Turquía se está retirando de Morek, en el corazón del área controlada por el Ejército sirio y sus aliados de Hezbolá.
Dado que la intención del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, ahora es extender el fuego hacia el sur del Cáucaso, con el estricto objetivo de molestar a Irán, Rusia y China en sus respectivas fronteras, y esto, a costa de sangre azerbaiyana y armenia, el mantener sus posiciones en el sur de Idleb le parecía imposible.
Por lo tanto, las fuerzas turcas comenzaron a desmantelar sus bases y retirarse de las áreas controladas por las fuerzas sirias, a saber, en Morek y Shir Maghar, en el norte y el oeste de Hama, así como seis posiciones en el este y al sureste de Idleb.
El representante especial del presidente ruso para Oriente Medio y los países africanos, Mijail Bogdanov, anunció el martes la ira de Rusia por esta incesante afluencia de terroristas sirios y libios, cuyo número se cuentan ya por miles, a la zona de conflicto de Nagorno-Karabaj. El Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia había expresado anteriormente su preocupación por el traslado de los mercenarios y terroristas de Siria y Libia a Nagorno-Karabaj para participar en la guerra en curso en la región.
Según el presidente armenio, el principal objetivo de Ankara es controlar los oleoductos y gasoductos desde la región del Caspio hasta Europa en nombre de los intereses estadounidenses. Esto significaría que Turquía tendría un gran impacto en la seguridad energética de Europa, así como en la situación en la región de Asia Central y alrededor del Mar Caspio, ya que estas regiones tienen ricos recursos de gas y petróleo.”
Sin embargo, al hacerlo, Turquía está yendo demasiado lejos: se arriesga a una ruptura total del diálogo con Rusia, presionándola para que lo trate como un enemigo. Es una apuesta arriesgada para un Erdogan, que sufre un creciente aislamiento internacional por sus múltiples injerencias e intervenciones en otros países.
Source: Press TV