La semana pasada, hubo un alto nivel de tensión entre las fuerzas militares rusas desplegadas en el noreste de Siria y las FDS, aliadas de EEUU, en el contexto de las acusaciones rusas de que estas últimas buscaban obstruir la actividad de Moscú en la región. Estos esfuerzos llevaron a la base de Hamaimim a proponer una retirada rusa completa de la zona fronteriza con Turquía, que fue rechazada por el Ministerio de Defensa ruso.
En menos de un año, Rusia ha ampliado su presencia en el noreste sirio y las tropas rusas se han desplegado por la frontera sirio-turca, desde Manbij hasta las afueras de Malikiyah, junto al Ejército sirio, que se desplegó en esas áreas por medio de los guardias fronterizos, después de la operación “Fuente de Paz” turca. A pesar de su presencia generalizada en la región, Moscú aún no ha logrado ganarse la confianza de los líderes kurdos, que aún ven a los rusos como un aliado del gobierno sirio, que es lo que la mayoría de los líderes políticos y militares kurdos repiten en sus declaraciones y reuniones.
Esto se debe al hecho de que las fuerzas kurdas no han aprendido la lección de la puñalada estadounidense después de la Operación Fuente de Paz turca, que provocó la expulsión de las milicias kurdas de grandes áreas de la parte norte de Hasaka y Raqqa a favor de Ankara. Más bien, esas fuerzas todavía ven la presencia estadounidense como una necesidad para crear un equilibrio militar requerido en la región. Sobre esta base, han pedido a Washington que prolongue la presencia de fuerzas estadounidenses en Siria, en contraste con su posición sobre la presencia militar rusa, que tratan de limitar y a la que ven como una amenaza para la continuidad de su control sobre estas áreas. A esto se suman los intentos estadounidenses para obstruir la actividad militar rusa en la región.
El Ministerio de Defensa de Rusia ha excluido cualquier retirada del Este de Siria señalando que tal despliegue ha sido llevado a cabo de acuerdo con el gobierno sirio. Los rusos han advertido a los kurdos más de una vez en contra de confiar en las promesas de Washington, mientras enfatizan la disposición de Moscú a apoyar a la representación kurda en unas negociaciones para una solución política a la crisis.
Algunos análisis afirman que los recientes pasos rusos son una expresión del descontento de Moscú por la visita del enviado del presidente de EEUU a Siria, James Jeffrey, a Hasaka, destinada a obstaculizar los esfuerzos rusos para lograr un acercamiento entre las fuerzas kurdas, por un lado, y el gobierno sirio y algunas fuerzas opositoras, por otro. El líder de Encuentro por una Sola Siria, cercano a Rusia, Sheij Basman Al Assaf, dijo en una entrevista con Al Akhbar, que “el descontento ruso con las acciones de las FDS es cierto debido a sus intentos de obstruir su despliegue en la región”. Al Assaf considera que “cualquier retirada rusa de la región sería desastrosa y supondría una amenaza para una gran zona fronteriza”.
Source: Al Akhbar