Una fuente oficial del Ministerio de Relaciones Exteriores sirio dijo el lunes que Siria apoya la decisión de la 13ª Asamblea Nacional de la República Popular de China, que incluye la aprobación de la ley de seguridad destinada a mejorar el sistema de mecanismos legales y ejecutivos de Hong Kong para mantener “la seguridad y la integridad territorial establecidas en su marco legal”, “la promoción del proceso de desarrollo”, “el fortalecimiento de las instituciones legítimas” y “la garantía de su seguridad en todo el territorio”.
Damasco también rechaza la injerencia extranjera en los asuntos de China, en particular la de EEUU y otros países occidentales, interferencia que considera una “violación flagrante del derecho internacional” y del “principio de soberanía estatal”. El texto también subraya que ningún país o parte “tiene derecho a interferirse en los asuntos internos de los estados independientes y soberanos”.
Siria insiste en apoyar la unidad y la integridad territorial de la República Popular de China, su soberanía sobre todo su territorio, su seguridad y estabilidad y el principio de una sola China, y pide a todos los países que lo respeten. Los observadores políticos obviamente ven en esta demostración de solidaridad un doble mensaje: político y militar.
El apoyo que Damasco brinda a Pekín se refiere en primer lugar al papel axial que juega China y que podría aumentar más aún en el marco de los esfuerzos cada vez más intensos de Siria y sus aliados para neutralizar la llamada “ley César” de EEUU, que impone un sanciones unilaterales a la economía siria. Derrotados a nivel militar, EEUU y sus socios esperan poder desestabilizar al Estado sirio a través de la puerta de la economía. De ahí la importancia que los vínculos con China tienen para Damasco.
En una columna reciente, el embajador chino en Siria publicó un artículo en el diario sirio Al Watan en el que alude a las relaciones sino-sirias y aboga por el fortalecimiento de la “asociación estratégica” de ambos lados, destacando la importancia geoestratégica de Siria y su peso en el gran proyecto llamado “la Nueva Ruta de la Seda”. El embajador enfatizó que desde el comienzo de la crisis siria, “China ha apoyado al pueblo sirio tanto política como humanitariamente” al tiempo que expresó la disposición de Pekín para trabajar por “la reconstrucción de Siria”. Pero quien dice reconstrucción dice neutralizar las sanciones de EEUU.
“Damos una calurosa bienvenida a la estrategia siria de mirar hacia el Este y tenemos la intención de cooperar más con Siria en los ámbitos político, militar, económico y social, para participar activamente en la reconstrucción económica de Siria y para que el lado sirio aproveche los beneficios económicos de la cooperación con China … También abogamos por el intercambio de conocimientos a todos los niveles para contribuir a la restauración rápida de la paz, la estabilidad y la prosperidad en Siria”, dijo.
China es ampliamente considerada como el principal candidato para la reconstrucción de la infraestructura siria gravemente dañada después de largos años de guerra. El país asiático está también interesado en apoyar a Siria en su lucha contra el terrorismo, en especial del Partido del Turkestán, un grupo compuesto por extremistas uigures considerados enemigos de Pekín y que están apoyados por Turquía.
Para Siria, el acercamiento con China también podría resultar en un fortalecimiento de la defensa antiaérea o incluso del arsenal balístico sirio. A finales de 2019, fuentes sirias informaron sobre las negociaciones en curso entre Damasco y Pekín sobre la entrega de baterías de misiles HQ-9 chinos al Ejército sirio. Damasco tiene la intención de desplegar el HQ-9 chino en todo el país, incluido el este de Siria, cubriendo por completo el espacio aéreo sirio.
Source: Medios sirios