Arabia Saudí se enfrenta a varios desafíos provocados por las políticas imprudentes del príncipe heredero, Mohammed bin Salman, incluida la guerra contra Yemen, las tensiones dentro de la familia gobernante y el desperdicio de dinero en gastos militares.
“Arabia Saudí, como muchos otros países, se ha visto gravemente afectada por el coronavirus y, según las estadísticas del gobierno, cuya fiabilidad aún no se ha confirmado, alrededor de 70.000 personas en este país están infectadas con este virus”, escribió la Brookings Institución en un artículo de Bruce Ridele, miembro del Centro de Seguridad e Inteligencia del siglo XXI.
“Es probable que el Hayy, la peregrinación islámica anual a La Meca, que tiene lugar en julio de este año, se suspenda como parte de la política de confinamiento y prohibición de viajar, lo que resultará en la pérdida de miles de millones dólares, especialmente en la región de Hiyaz”, dijo Ridele.
El coronavirus afectó a varios miembros de la familia real. El gobernador de Riad y docenas de otros príncipes contrajeron el coronavirus. El rey y su príncipe heredero han reducido sus reuniones. Los trabajadores extranjeros son los más expuestos a este peligro debido a sus condiciones de trabajo insalubres”, agregó.
La fuerte caída en los precios del petróleo ha llevado al colapso económico de Arabia Saudí, que necesita de un precio de más de 80 dólares por barril para mantener su presupuesto.
“El régimen saudí ha usado sus reservas de 5 años para cubrir el déficit presupuestario. Es poco probable que los precios aumenten antes de que la economía mundial se recupere”, dijo.
El rey y su príncipe heredero han optado por un plan de austeridad que prevé una triplicación del impuesto al valor añadido y el fin de las asignaciones mensuales a sus ciudadanos en reacción a la histórica caída del precio del petróleo y la pandemia de Covid -19. Sin embargo, el atolladero yemení aún existe a pesar de los llamamientos a un alto el fuego y el número de víctimas ha aumentado considerablemente. Los aliados saudíes han abandonado Riad, que ha cortado su apoyo económico al gobierno de Abed Rabbo Mansur Hadi, mientras que los huzíes (Ansarulá) han tomado el control del norte y los separatistas del sur de Yemen, agrega la fuente.
“Arabia Saudí ha gastado miles de millones de dólares en armas, pero no puede evitar los ataques de Ansarulá contra su infraestructura, lo que demuestra el desperdicio del dinero que Riad gastó en su ejército”, comentó Ridele.
Con la compra de armas por valor de 60.000 millones en 2018, Arabia Saudí es el segundo país que más ha gastado en armas en el mundo. Esta cifra es tres veces mayor que la del gasto militar de “Israel”. Aún así, a pesar de sus gastos, no se han producido beneficios para Riad.
“El coronavirus, la caída en el precio del petróleo y las políticas equivocadas han frustrado las ambiciones de Bin Salman. Este príncipe heredero debería centrarse actualmente en poner fin a la guerra contra Yemen y así reducir su gasto militar”, dijo.
El analista también pidió a la administración Trump, que aboga por la venta de armas a Arabia Saudí, que ponga fin a su apoyo militar a Riad para que el régimen saudi ponga fin a su guerra en Yemen.
Source: Press TV (traducido por el sitio de Al Manar en español)