El jefe de las tropas leales al gabinete asentado en el este de Libia, Jalifa Haftar, acusó a Turquía de armar a sus enemigos del Gobierno de Acuerdo Nacional (GAN) durante la tregua acordada en enero pasado.
Tras el derrocamiento del gobierno constitucional y el asesinato del líder Muammar Gadafi por una agresión militar de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en 2011, Libia descendió de país con mayor Índice de Desarrollo Humano de África a estado fallido dominado por milicias que controlan el contrabando humano hacia Europa y el mercado negro de armas en África.
El GAN es reconocido por la ONU, pero el gobierno de la ciudad de Tobruk (este), apoyado por Egipto y Emiratos Arabes Unidos entre otros países, lo califica de instrumento de Turquía y de la Hermandad Musulmana, cofradía islamista fundada en Egipto a principios del siglo pasado con filiales en países Arabes y Europa.
Acorde con el portavoz de los insurgentes, tras ser reaprovisionadas las milicias del GAN trataron de reconquistas la base aérea de Al Watyah, pero fueron repelidos y ahora dirigen su contraofensiva a la ciudad de Tarhouna, al suroeste de este capital.
Controlar Tarhouna es importante, para los rebeldes como punto de concentración para la ofensiva que iniciaron hace un año sobre esta capital, y para el GAN, porque disminuiría la presión y les permitiría reorganizarse y aprovisionarse.
El jefe de las fuerzas insurgentes, entre ellas los remanentes del Ejército del gobierno derrocado en 2011, mariscal Khalifa Haftar, califica a los integrantes del GAN de “escoria islamista” y juró desalojarlos del país.
Source: PL