Mientras que la Administración Trump contempla la superación por China de la crisis del coronavirus, su rabia va en aumento. Poco después de que la compañía china China Telecom fuera objeto de acusaciones y de una probable prohibición de actividades en EEUU, la Flota estadounidense continúa sus provocaciones en aguas próximas a China, en el Mar de la China Meridional y en el Estrecho de Taiwán.
Mientras los aviones chinos han llevado a cabo recientemente ejercicios militares en las proximidades de la isla, un barco de guerra estadounidense atraversó el Estrecho de Taiwán. Se trata del USS Barry Arleigh Burke, un destructor estadounidense lanzamisiles de la Marina estadounidense, que sufre en la actualidad por la epidemia del coronavirus.
Obviamente, China ha denunciado a EEUU por haber “vuelto a jugar con fuego” con Taiwán, la isla rebelde china, a quien la administración Trump acaba de vender armas. Además, el Estrecho es atravesado por patrullas estadounidenses que cruzan las aguas reclamadas por China. Y luego está la visita del vicepresidente de la isla William Lai, en febrero a Washington. Se esperaba que el Covid-19, que está atacando a la flota del Pacífico de EEUU, pusiera fin a estas provocaciones, pero estas han continuado.
A finales de marzo, el comandante del portaaviones nuclear USS Theodore Roosevelt, destacado en el Pacífico, pidió ayuda para evacuar su barco debido al Covid-19, donde se han producido unos 155 casos al menos de coronavirus. El Pentágono estaba conmocionado y enojado por esta llamada de socorro, que revela los límites de las fuerzas estadounidenses que enfrentan una crisis como la del Covid-19 y que, pare muchos, ha roto definitivamente el aura militar estadounidense frente a China.
Taiwán también dijo el viernes que bombarderos H-6 y cazas J-11 de la Fuerza Aérea de China habían vuelto a realizar ejercicios aéreos sobre las aguas cercanas a Taiwan. Una señal de que los tiempos están cambiando y de que China lo sabe.
Source: Agencias