En un contexto de crecientes tensiones con Bagdad, Washington decidió detener todos los suministros de armas y municiones a las fuerzas iraquíes, citando preocupaciones de seguridad.
La información fue confirmada el lunes 27 de enero por el portavoz de la Fuerza Aérea de EEUU, Brian Brackens, informa la agencia rusa Sputnik.
Esto incluye los componentes y el programa de entrega de misiles para los cazabombarderos iraquíes F-16. El contrato se firmó en mayo de 2016 por un valor de 1.800 millones (1.600 millones de euros). La última entrega se realizó el 14 de noviembre de 2019.
EEUU reanudará las entregas “cuando el entorno sea más seguro”, dijo Brackens, citado por Inside Defense. Este último no especificó el número de armas ya suministradas y la cantidad que queda por entregar.
La medida se produjo después de los ataques con cohetes contra la Embajada de EEUU en Bagdad, que dejaron a un estadounidense herido, según el secretario de Estado Mike Pompeo. El domingo 26 de enero, cinco misiles cayeron en la Zona Verde de la capital iraquí, que alberga en particular la representación diplomática estadounidense. El edificio del canal de televisión saudí Al Arabiya también resultó afectado.
Los ataques no fueron reivindicados, pero Washington acusó a grupos pro-iraníes de ser responsables de los mismos.
El 3 de enero, un ataque estadounidense con drones mató al general iraní Qassem Soleimani, Abu Mahdi al Mohandis, el número dos del Hashid al Shaabi, las Fuerzas de Movilización Popular que lucharon contra Daesh con la ayuda de expertos iraníes. Sus ocho escoltas iraquíes e iraníes también perecieron. Esto desencadenó un gran estallido de ira tanto en Irán como en Iraq, lo que quedó ilustrado por grandes protestas en ambos países, durante las cuales se hicieron llamamientos para la salida de las fuerzas estadounidenses de Iraq.
Una semana después del crimen, Irán bombardeó bases militares estadounidenses en Iraq en las que estaban recluidos soldados norteamericanos, causando daños cerebrales a medio centenar de ellos, según una confesión del Pentágono. El Parlamento iraquí, por su parte, votó a favor de la salida de las tropas extranjeras del país. Y el primer ministro renunciante, Adel Abdel Mahdi, hizo lo mismo. Pero Washington se ha negado a cumplir tal demanda.
Las facciones de la resistencia iraquí, así como el movimiento sadrista y los grupos que forman el Hahid al Shaabi también se reunieron para confirmar su demanda de la partida de las tropas estadounidenses. Su convocatoria de protestas contra la presencia militar de EEUU el viernes 24 de enero reunió a más de un millón de iraquíes. Estos grupos también amenazaron con lanzar operaciones de resistencia contra las bases norteamericanas en el país.
Oficialmente, unos 5.000 soldados estadounidenses siguen en territorio iraquí.
Source: Diversas