Este sábado 4 de enero por la mañana, el CentCom está confuso, como si sus generales acabaran de darse cuenta del error estratégico monumental que acaban de cometer. El general Mark Milley ha señalado que “EEUU es muy consciente de la magnitud de la respuesta iraní”, pero que está haciendo todo lo posible “para reducir la tensión”.
Fuentes en Teherán dijeron que EEUU le ha pedido a Irán, a través del agregado comercial suizo, que representa los intereses estadounidenses en Teherán y a través del ministro de Exteriores de Qatar, de visita en Irán, que no lleven a cabo “una respuesta desproporcionada”, es decir, una respuesta que afecte los intereses militares estadounidenses en varios países de la región o de sus aliados saudíes o israelíes.
Los regímenes de Riad y Abu Dhabi están conteniendo la respiración y siguen lanzando llamamientos a la reducción de la escalada. Incluso un destacado investigador estadounidense, Daniel Byman, investigador del Centro de Política Estadounidense en Oriente Medio del Brookings Institute y profesor de la Universidad de Georgetown, conocido por sus delirios anti-iraníes, cree que Trump y compañía han cometido una estupidez geoestratégica irreparable. “El general Soleimani es un símbolo del poder, la influencia y la estrategia regional de Irán y los iraníes no dejarían, ni a cambio de todo el oro del mundo, de vengar su sangre”, señala Byman en un artículo publicado en el sitio analítico Vox bajo el título de “La muerte de Qassem Soleimani cambia la situación en Oriente Medio”.
“El asesinato de G. Soleimani, el antiguo comandante en jefe de la Fuerza Al Quds, marcará un punto de inflexión en las relaciones de Washington no solo con Irán, sino también con Iraq. Esta eliminación afectará significativamente la posición general de EEUU en Oriente Medio. El revés puede ser enorme, y depende en gran medida de la preparación de EEUU para la respuesta de Irán y la de sus muchos representantes en Oriente Medio. En Iraq y otros países donde Irán desempeña un papel militar y político, como Yemen, el Líbano, Siria, Afganistán, así como con los palestinos, el CGRI es a menudo el actor dominante de la política exterior de Irán, o al menos una voz importante”, dice Byman, que recordó también la decisión “inhabitual” de la Administración Trump, tomada en el mes de abril, de designar oficialmente al CGRI como “un grupo terrorista”, “incluso aunque es una institución del Estado iraní y no un actor no estatal contrariamente a las otras entidades que figuran en la lista estadounidenses de organizaciones terroristas”.
El profesor de la Universidad de Georgetown cree que lo que hizo Donald Trump hará que Irán muestre una reacción “impredecible” y “dura”. “Trump ha eliminado a un oponente considerable de la peor manera posible y ahora nadie sabe cuál será la misión de su sucesor”. “Esto ha reducido a cero cualquier posibilidad de normalización con Irán, lo que, dado el peso iraní en la región, es un desafío para la presencia de EEUU”, agrega Byman.
“EEUU pagará cara la muerte de Soleimani, pero nadie sabe todavía dónde, cuándo y cómo pagará el precio de lo que ha hecho, visiblemente de manera improvisada, puesto que Irán tiene la posibilidad de responder en varios frentes. Ataques contra las fuerzas e instalaciones estadounidenses en Iraq son posibles. Irán ha pasado más de quince años creando vastas redes no solo en Iraq sino también en los países donde EEUU dispone de bases. Trump cometió la estupidez de eliminar no solo al general iraní, sino también al vicecomandante iraquí el Hashid al Shaabi, Abu Mohandis, y el pueblo iraquí, por lo tanto, tiene pleno derecho a vengarlo”.
“En cualquier caso, espero que Irán no permita que estos ataques se salgan de control de tal forma que EEUU se vea obligado a movilizar sus fuerzas e ir directamente a una gran guerra que Trump siempre ha temido”, afirmó.
El profesor de la Universidad de Georgetown reafirma que en Iraq hay presiones continuas para la retirada de las fuerzas estadounidenses: “Ahora, muchos estadistas iraquíes apoyan el enfoque de Irán de que las fuerzas estadounidenses deben ser expulsadas de Iraq, mientras que Washington carece de partidarios. Por lo tanto, es Irán quien tiene la ventaja política. Es un claro cambio de tendencia que Irán debe a la muerte de Soleimani.”
Por otro lado, el autor lamenta la falta de aliados de EEUU en estos momentos, salvo quizás Arabia Saudí, aunque tanto esta última como los EAU están ya pidiendo una desescalada.
“Finalmente, la muerte de Soleimani podría ser una victoria hueca y de corta duración o, peor aún, una derrota disfrazada”, dijo el investigador de Brookings.
Source: Press TV