WhatsApp anunció el martes (29 de octubre) que presentó una demanda contra el grupo NSO, una compañía israelí especializada en espionaje y acusada de ayudar a gobiernos, desde Oriente Medio a México, a espiar a los activistas y periodistas.
La aplicación de correo electrónico encriptada propiedad de Facebook admitió en mayo haber sido infectada por software espía que da acceso al contenido de los teléfonos inteligentes.
“Después de meses de investigación, podemos decir quién dirigió este ataque”, dijo Will Cathcart, el jefe de WhatsApp, en un editorial publicado en un diario estadounidense.
Él acusó a NSO de atacar a “100 defensores de derechos humanos, periodistas y otros miembros de la sociedad civil en todo el mundo”.
“Descubrimos que los atacantes habían usado servidores de Internet cuyos vínculos con NSO ya se habían establecido en el pasado”, señaló. “Y pudimos vincular algunas cuentas de WhatsApp utilizadas durante esta operación maliciosa con NSO. Su ataque fue ultra sofisticado, pero no lograron borrar completamente sus huellas.”
En total, 1.400 dispositivos se infectaron del 29 de abril al 10 de mayo, en varios países, incluido Bahrein, los Emiratos Árabes Unidos y México, según la denuncia presentada en un tribunal federal.
La NSO, una compañía con sede en Herzliya, al norte de Tel Aviv, afirmó que su tecnología se “comercializaba mediante licencias a los gobiernos con el único propósito de combatir el crimen y el terrorismo”.
Los hackers habían aprovechado un agujero de seguridad e insertaron software malicioso en los teléfonos, simplemente llamando a los usuarios de la aplicación, utilizada por 1.500 millones de personas en todo el mundo.
Pudieron activar el micrófono y la cámara de los dispositivos Apple o Android (Google), destinados a escuchar o ver el entorno de los propietarios, sin que estos se dieran cuenta.
“Esto debería servir como una advertencia para las empresas de tecnología, los gobiernos y todos los usuarios de Internet. Las herramientas que tienen capacidad para espiar nuestras vidas privadas están siendo mal utilizadas. Cuando esta tecnología está en manos de empresas y gobiernos irresponsables, nos pone a todos en peligro”, dijo Cathcart.
Source: AFP