John Bolton y Elliot Abrams, respectivamente, asesor de Seguridad Nacional y enviado de EEUU a Venezuela, dos figuras extremistas dentro de la administración estadounidense y a los que los expertos atribuyen al doble ataque cibernético contra el sector eléctrico venezolano, lanzaron una fuerte advertencia en Moscú: Rusia pagará un alto precio por el despliegue de sus tropas en Venezuela.
De hecho, nuevos informes hablan del despliegue de baterías de misiles S-300 en Caracas y el despliegue de oficiales rusos en todo el país. Y especialmente el proyecto de lo que pronto podría ser una base aérea rusa.
La ceremonia de inauguración de un “centro de entrenamiento ruso-venezolano para pilotos de helicópteros” se llevó a cabo el viernes en Venezuela, señaló la agencia rusa de exportación de armas Rosoboronexport, que pertenece a compañía estatal rusa Rostec. Se trata de un moderno centro de capacitación y entrenamiento construido bajo un contrato firmado entre Rosoboronexport y la empresa venezolana CAVIM.
Según el acuerdo alcanzado entre las partes, el personal del centro venezolano recibió capacitación en Rusia para aprender cómo operar los simuladores rusos y el equipo de entrenamiento. El nuevo centro permite a los pilotos venezolanos familiarizarse con los helicópteros Mi-17V-5, Mi-35 y Mi-26T y prepararse para todas las situaciones que puedan ocurrir durante el vuelo.
El despliegue del S-300 en la capital venezolana también está vinculado con la llegada de especialistas rusos que obviamente tienen la misión de entrenar a las fuerzas militares venezolanas para el uso de estas armas.
Un escenario sirio no se puede descartar en la República Bolivariana. Pero, a diferencia de Siria, EEUU está privado del llamado “factor sorpresa”. El gobierno de Maduro y sus aliados se están preparando muy rápidamente para enfrentar cualquier eventualidad; de ahí la ira de Bolton y Abrams, dijo Hanif Ghafari, experto en asuntos internacionales.
“Los rusos pagarán el precio de una presencia militar en Venezuela”, declaró Abrams a la BBC. Él dijo que el secretario de Estado, Mike Pompeo, tenía “una lista de las opciones de reacción posibles dentro del campo de las relaciones ruso-estadounidenses”.
“Este tipo de amenaza refleja a la vez ira y sorpresa. Los estrategas de la Casa Blanca están sorprendidos, probablemente no creían que el Estado venezolano pudiera reorganizarse tan rápidamente. Tras los fracasos en la provocación de las fronteras, los llamamientos al ejército venezolano para que se rebelara y los dos ataques cibernéticos a gran escala, Guaido es un peón quemado y ya hay un primer estado occidental, Alemania, que acaba de retirarle su apoyo.
Peor aún, la ofensiva anti-venezolana de la Casa Blanca ha ayudado a abrir las puertas de América Latina a Rusia, que no ha ocultado su intención de contrarrestar la ofensiva estadounidense contra Venezuela y su petróleo.
Hay informes de que los dos aviones rusos que transportaban a unos 100 militares rusos y 35 toneladas de equipo a Caracas procedían de la base militar de Basil Al Assad en Hamaimim, Siria, donde hicieron una escala. Los militares rusos habrían llevado a Venezuela un nuevo tipo de radar muy especial que quieren probar en el Caribe. ¿Planea Moscú establecer una base en Venezuela similar a la de Hamaimim? Esto sería lo peor que les podría pasar a los estadounidenses.
Source: Agencias