Un mes después de encargar al ejército la elaboración de un plan para confinar todas las armas al Estado antes de fin de año y de aprobar los objetivos de la propuesta estadounidense presentada por el enviado Thomas Barrack en relación con el acuerdo de alto el fuego, el gobierno libanés se reunió el viernes en el Palacio de Baabda.
La sesión se vio precedida por una intensa tensión, en medio de especulaciones sobre las decisiones y sus repercusiones ante la escalada israelí contra el Líbano.
Sin embargo, los contactos políticos lograron encontrar una solución relativamente favorable para las distintas partes. En este contexto, el gobierno acogió con satisfacción el plan militar en lugar de aprobarlo. El Ejército deberá presentar un informe mensual sobre su implementación.
El ministro de Información, Paul Morcos, indicó que el comandante del Ejército libanés, el mayor general Rodolph Haykal, destacó los obstáculos que impiden la implementación del plan, incluyendo principalmente la ocupación israelí de posiciones en territorio libanés y los ataques a diversas ciudades del Líbano.
Así, el consejo de ministros sostuvo que la implementación del plan del Ejército se basa en la Resolución 1701 de la ONU, además del discurso de juramento del presidente Aoun y la declaración ministerial, y no en el documento estadounidense.
Mientras tanto, los cinco ministros chiítas —Rakan Nasreddine, Mohammad Haidar, Yassin Jaber, Tamara Al-Zein y Fadi Makki— abandonaron la sesión por considerar que el plan del Ejército se basa en una decisión inconstitucional tomada por el gobierno el 5 de agosto de 2025, en ausencia de la secta chií en el Líbano.
Source: Al Manar