Decenas de miles de colonos judíos ultraortodoxos protagonizaron una protesta masiva en Jerusalén (Al-Quds), ciudad ocupada, contra los planes de reclutarlos en el ejército israelí, declarando que “prefieren ir a la cárcel”.
Preocupados por la posible corrupción de sus tradiciones religiosas por parte del ejército israelí, los haredim, que representan aproximadamente el 14% de la población de colonos israelíes, salieron a las calles el jueves, lo que provocó el despliegue de más de 2.000 soldados por parte del régimen para contenerlos.
La protesta paralizó en gran medida la ciudad ocupada, con carreteras cerradas y el transporte público interrumpido por la multitud.
Según informes, un adolescente falleció durante la protesta tras caer de un edificio en construcción cercano. Después de varias horas, la policía utilizó cañones de agua para dispersar a los manifestantes que se negaban a abandonar las calles.
Los manifestantes se oponen al servicio militar obligatorio porque consideran que su deber supremo es estudiar a tiempo completo en seminarios religiosos. Sus representantes políticos buscan una exención permanente del servicio militar obligatorio, así como mayores presupuestos para las comunidades. Sin embargo, no han logrado obtener el presupuesto que permita el estudio religioso a tiempo completo con becas, aunque se mantienen medidas de financiación temporales.
La manifestación masiva puso de manifiesto profundas divisiones dentro de la sociedad de colonos y en todo su espectro político con respecto a la antigua exención del servicio militar obligatoria otorgada a los judíos ultraortodoxos, una política que data de la invención del régimen en 1948.
En agosto, líderes y medios de comunicación judíos ultraortodoxos declararon una “Guerra por Dios” contra la emisión por parte del ejército israelí de las órdenes de reclutamiento para los hombres haredíes, evidenciando las crecientes divisiones dentro de la sociedad de colonos en medio de la guerra en Gaza.
Esto ocurre en un contexto de intensa presión sobre el primer ministro israelí, Benyamín Netanyahu, cuyo frágil régimen cuenta con el apoyo de partidos ultraortodoxos. Estos partidos se retiraron de la coalición de Netanyahu durante el verano debido a su incapacidad para encontrar un equilibrio entre los colonos ultraortodoxos y la facción judía secular que exige el reclutamiento de los ultraortodoxos en el ejército israelí.
Sin embargo, continúan alineándose ocasionalmente con Netanyahu, impulsados por su vulnerabilidad política y la necesidad de preservar la estabilidad de su coalición.
El tema se ha convertido en un importante punto de controversia, especialmente desde que el régimen israelí inició su guerra genocida contra Gaza.
Según informes, la guerra ha provocado la muerte de alrededor de 900 soldados israelíes y ha obligado a las tropas a desplegarse durante largos períodos en repetidas incursiones militares, debido a la intensidad de los ataques del régimen contra los palestinos.
El ejército israelí enfrenta ahora una grave escasez de personal, con sus soldados fatigados y mermados.
La protesta se desencadenó por la decisión de someter el proyecto de ley a debate en una comisión de la Knesset la próxima semana. Este es el primer paso antes de que el proyecto de ley pueda ser sometido a votación en la Knesset. La exención se concedió inicialmente a un pequeño número de académicos, pero se ha extendido a lo largo de las décadas bajo la presión de poderosos grupos de presión política.
En 2017, el régimen declaró ilegales las exenciones, pero hasta ahora no ha incluido a la población ultraortodoxa en el servicio militar obligatorio.
Source: Press TV
 
 


