El enviado especial de EEUU, Thomas Barrack, inició reuniones con funcionarios libaneses tras llegar a Beirut el domingo por la noche. En su primera parada de su visita, fue recibido por el presidente Joseph Aoun en el Palacio de Baabda, en presencia de Morgan Ortagus y una delegación estadounidense.
Desde Baabda, Barrack felicitó al presidente Aoun por los importantes pasos dados, en referencia a la decisión del gobierno libanés de desarmar al grupo de resistencia Hezbolá.
“Sé que muchos se sienten esperanzados, y nosotros también nos sentimos esperanzados por lo que ocurrió en la sesión del gobierno”.
Añadió que, “tras el primer paso del Líbano, la pelota está ahora en la cancha de Israel”.
“La paz llegará pronto. En las próximas semanas, se lograrán avances significativos y se creará el inicio de una hoja de ruta para el diálogo con todos los vecinos”.
“El desarme de Hezbolá beneficia a los chiítas, no va en su contra. También enfatizó que la reconstrucción se llevará a cabo en todo el Líbano, no solo en el sur”.
A principios de este mes, el gobierno libanés aprobó los objetivos de un plan estadounidense para desarmar a Hezbolá, cediendo a las presiones estadounidenses e israelíes.
La sesión del gabierno del 7 de agosto siguió a otra sesión del 5 de agosto, en la que el gobierno libanés encargó al Ejército libanés la elaboración de un plan para confinar todas las armas al Estado para finales de año.
El Estado libanés ha sido sometido a una presión sin precedentes por parte de EEUU, el primer patrocinador de la entidad sionista, para abordar la cuestión del desarme de Hezbolá.
El enemigo israelí continúa bombardeando el Líbano, principalmente el sur del país, casi a diario y mantiene la ocupación de cinco puestos a lo largo de la frontera sur, en violación de un acuerdo de alto el fuego alcanzado tras una brutal guerra israelí de 66 días entre septiembre y noviembre de 2024.
Source: Al Manar