Los ministros de Asuntos Exteriores de 31 países árabes e islámicos, junto con los secretarios generales de la Liga Árabe, la Organización de Cooperación Islámica y el Consejo de Cooperación del Golfo, condenaron las declaraciones del primer ministro israelí, Benyamín Netanyahu, sobre el llamado “Gran Israel”, considerándolas un grave desprecio por el derecho internacional y una amenaza directa a la seguridad nacional árabe, la soberanía estatal y la seguridad regional e internacional.
También condenaron la aprobación del plan de asentamiento en la zona E1 por parte del ministro israelí Bezalel Smotrich y sus declaraciones de rechazo al establecimiento de un Estado palestino.
Enfatizaron que esto constituye una flagrante violación del derecho internacional y un atentado contra el derecho del pueblo palestino a establecer su Estado independiente dentro de las fronteras del 4 de junio de 1967, con la Jerusalén ocupada como su capital.
La declaración reiteró su rechazo a este plan y a todas las medidas ilegales israelíes, señalando que constituyen una violación de las resoluciones del Consejo de Seguridad, en particular la Resolución 2334, y la opinión consultiva de la Corte Internacional de Justicia, que enfatizó la ilegalidad de la ocupación y la necesidad de ponerle fin de inmediato.
Los ministros también advirtieron sobre el peligro de las políticas israelíes destinadas a anexionar territorios palestinos, incluyendo ataques a lugares sagrados islámicos y cristianos, el terrorismo de colonos, las incursiones diarias y el desplazamiento de palestinos. Enfatizaron que estas prácticas exacerban el conflicto, socavan las posibilidades de lograr una paz justa y amplia, y amenazan la seguridad y la estabilidad a nivel regional e internacional.
En una entrevista con el canal israelí i24, Netanyahu declaró que se encontraba en una “misión histórica y espiritual”, enfatizando su fuerte conexión con lo que denominó la “Visión del Gran Israel”, que, según él, incluye los territorios palestinos ocupados y partes de Jordania, Líbano, Siria y Egipto.
Añadió que esta visión representa, para él, una extensión del sueño de generaciones judías anteriores, afirmando: “Si me preguntan si la considero una misión histórica y espiritual, la respuesta es sí”.
Source: Al Mayadeen