La decisión del Ministerio de Defensa sirio de enviar unidades adicionales a las zonas bajo control de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), cerca de la presa de Tishrin y extendiéndose hasta Deir Hafer, en la zona rural del noreste de Alepo, provocó reacciones negativas por parte de las FDS y sus líderes, quienes rápidamente emitieron comunicados anunciando su negativa a entregar las armas y su disposición a enfrentarse a ellas si se veían obligados a hacerlo. También afirmaron su disposición a participar en la próxima ronda de negociaciones en París, incluso si Damasco decide boicotearlas.
Si bien el ministerio emitió un comunicado aclarando que los vídeos circulados por varios medios de comunicación, incluida la página del canal sirio Al-Ikhbariya, sobre el envío de refuerzos al frente con las FDS, eran simplemente hechos rutinarios, los indicadores sobre el terreno reflejan preparativos militares ante la posibilidad de una confrontación si fracasa el proceso de negociación para implementar el acuerdo del 10 de marzo firmado entre el presidente sirio Ahmed al-Sharaa y el comandante en jefe de las FDS, Mazloum Abdi.
De hecho, Damasco no solo ha enviado refuerzos a las líneas de contacto en la zona rural de Alepo, sino que también ha enviado refuerzos militares hacia el lecho del río Éufrates, que separa las zonas controladas por las FDS en Deir Ezzor y Raqqa. Esto prácticamente contradice la versión oficial, al menos sobre el terreno. En este contexto, una fuente de campo confirmó a Al-Akhbar que «los refuerzos militares llegan diariamente a las líneas de contacto en Alepo, Deir Ezzor y Raqqa», indicando que estos refuerzos «incluyen armas medianas y pesadas, junto con entrenamiento casi diario para aumentar la preparación de las fuerzas, en un creciente indicador de la posibilidad de una confrontación militar entre ambos bandos».
La fuente cree que “la declaración del Ministerio de Defensa se dirige principalmente a las capitales garantes, como Washington y París, para confirmar que la opción militar no está actualmente sobre la mesa y que la prioridad es una solución política”. Añadió que “Turquía está animando a Damasco a optar por la opción militar y la insta a prepararse para ello. Esto es lo que la impulsó a anunciar un boicot a la reunión de París, con el pretexto de la convocatoria de la Conferencia de Hasaka (la conferencia sobre la unidad de los componentes de Siria que se celebró por iniciativa de las FDS en el noreste de Siria)”, y añadió que “esto explica la presión actual para atraer refuerzos”.
Quizás las FDS hayan comenzado a percibir la inclinación de Damasco hacia soluciones militares, como se expresa en declaraciones emitidas por la Autoridad de Defensa de la Administración Autónoma, que afirma que las FDS están siendo sometidas a “repetidos ataques de militantes del Gobierno Provisional y del Daesh en las zonas de Deir Ezzor y Deir Hafer”. Estas declaraciones fueron realizadas por el copresidente de la Autoridad de Defensa, Ismat Sheij Hassan, quien señaló que la autoridad “siempre exige el fin de esta guerra y de estos ataques”, al tiempo que enfatizaba “el derecho a la legítima defensa”.
En el mismo contexto, Murat Karayilan, miembro del Comando General de las Fuerzas de Defensa del Pueblo (HDF), afiliada al Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), enfatizó que “las armas de las FDS garantizan la seguridad de sus componentes y previenen la repetición de las masacres que sucedieron en la costa y Suweida”, señalando que “no existe una constitución ni leyes confiables en Siria”. Karayilan expresó su sorpresa ante la insistencia de Turquía en que las FDS entreguen sus armas y sus ocasionales amenazas contra ellas, considerando que estas “tienen derecho a defenderse tras las masacres en la costa y Suweida, y se defenderán”, señalando que “las capacidades militares y tácticas de las FDS se han desarrollado significativamente”. Al mismo tiempo, afirmó su apoyo al acuerdo del 10 de marzo y a la resolución de los problemas en territorio sirio a través del diálogo.
El copresidente del Partido de la Unión Democrática (PYD), Gharib Hasso, acusó al gobierno de transición de intentar intensificar la tensión y evadir la implementación del acuerdo del 10 de marzo. Señaló que el gobierno de transición está evitando asistir a la reunión de París programada para el 14 de agosto y añadió que Turquía está impidiendo su participación.
Hasso destacó la importancia de la Conferencia de Unidad de Posiciones de Hasaka, que reflejó la cohesión de los componentes de la sociedad siria, y pidió la celebración de conferencias similares en toda Siria. Hasso también afirmó que nadie se beneficiará de una nueva guerra en la región, acusando al gobierno de transición de cometer masacres con el pretexto de los remanentes del régimen anterior, de intentar sitiar barrios de Alepo, como Ashrafieh y Sheij Maqsud, y de provocar en otras zonas, como Deir Ezzor y Deir Hafer, con el objetivo de reavivar el conflicto.
Badran Jia Kurd, copresidente adjunto de la Administración Autónoma, confirmó que las negociaciones con Damasco siguen en curso, pero avanzan lentamente. Continuó: «La Administración Autónoma está dispuesta a resolver los asuntos pendientes mediante negociaciones y entendimientos, y está dispuesta a continuar por este camino». Consideró que «las acusaciones dirigidas a la reciente conferencia de Hasaka se derivan de una interpretación errónea de la diversa realidad siria», señalando que «todas las posiciones emitidas en la conferencia fueron puramente nacionales». Añadió, en el mismo contexto, que «la postura negativa de Damasco hacia la conferencia indica que las autoridades actuales no aceptan el pluralismo ni la participación en la construcción del futuro del país».
Source: Al Akhbar