Los argentinos, al menos en Buenos Aires, no muestran en este 1 de mayo el entusiasmo, júbilo y algazara de compartir entre amigos, colegas de labor o familiares como años atrás.
No es por el clima, pues hace un día otoñal hermoso con cielo celeste despejado y temperatura agradable.
El ambiente económico de inflación incesante, aumentos de precios a partir de este jueves, ingresos que no alcanzan e inestabilidad laboral los mantienen recogidos sin muchas ganas de festejar la efemérides.
En un recorrido de Prensa Latina por calles de esta urbe notó que poca gente fue a comprar en restaurantes y rostiserías el tradicional Locro, una caldosa espesa cargada de verduras, legumbres, carnes, habitual en las celebraciones del 1 de mayo en la tierra de Martín Fierro.
Mucho menos buscaron asados o picadas, pues el costo de la carne está por el cielo; les cuesta trabajo a esos comercios llenar sus salones.
Los propietarios venían anunciando el Locro desde hace tres días para atraer a clientes, incluso ofrecían ofertas al mejor precio posible para no perder ellos, aun así los calderos han quedado llenos.
En una de las aceras de la calle Presidente Uriburu un hombre atendía un asado en medio de la soledad en la vía; Prensa Latina le preguntó si habían raciones a la venta, a lo que contestó: «No, el jefe se la jugó para hacer el día». Era un laborante de una pequeña cuadrilla a la que el capataz quiso agasajar.
La política de férreo ajuste económico del equipo ejecutivo del presidente Javier Milei disparó los precios, y al eliminar subsidios a los servicios estos aumentaron en una tendencia que no deja de subir, en tanto los ingresos merman.
La noticia del día que ensombreció o disgusto a no pocos fue que a partir de este 1 de mayo comenzaron más incrementos en las tarifas de luz, gas, agua, transporte, alquileres, peajes y clínicas prepagas, lo cual tensa la creatividad de los ciudadanos para estirar sus entradas.
Los jubilados son los más afligidos. Su poder adquisitivo cayó nuevamente, esta vez 5,4 por ciento en marzo ante el congelamiento que ordenó el gobierno al bono adicional que se le venía entregando para apuntalar las pensiones.
Ayer, convocados por la Confederación General del Trabajo respaldada por otras federaciones sindicales, decenas de miles de trabajadores escenificaron una masiva movilización alusiva al 1 de mayo bajo el lema “El trabajo es sagrado”, frase del papa Francisco.
La convocatoria forma parte de un plan de lucha contra la fuerte caída del empleo, la apertura indiscriminada de importaciones con el consiguiente cierre de pequeñas y medianas empresas y el achicamiento cada vez mayor del Estado.
Igualmente, los manifestantes reclamaron la necesaria reapertura de las paritarias ante la resucitada inflación y se expresaron contra las medidas de ajustes, la represión del gobierno de Milei e incluso su sumisión a los dictados del FMI, y en apoyo a los jubilados que cada miércoles escenifican la Marcha de la Dignidad frente al Congreso.
Source: Prensa Latina