El presidente de EEUU, Donald Trump, ha anunciado una amplia directiva que otorga a las autoridades federales la capacidad de deportar hasta 30.000 inmigrantes indocumentados con antecedentes penales a un centro de detención designado en la bahía de Guantánamo, Cuba.
En un memorando de la Casa Blanca, Trump instruyó al Pentágono y al Departamento de Seguridad Nacional que iniciaran el proceso de detención de “inmigrantes criminales” con el fin de “detener la invasión fronteriza, desmantelar los cárteles criminales y restaurar la soberanía nacional”.
La administración aclaró que los migrantes deportados no serían colocados en la prisión militar de Guantánamo, que ha ganado notoriedad por albergar a sospechosos de terrorismo extranjeros y ha enfrentado un intenso escrutinio por parte de organizaciones de derechos humanos.
En cambio, el plan implica utilizar una sección separada de la estación naval que históricamente se empleó como un lugar de detención temporal para migrantes interceptados en el mar, particularmente de Haití, Cuba y la República Dominicana.
Los detalles del plan surgieron durante una transmisión de Fox News en la que participaron figuras clave de la administración Trump, entre ellas la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, y el secretario de Defensa, Pete Hegseth.
Hegseth enfatizó que los migrantes no enfrentarían una detención indefinida similar a la que experimentaron las personas en la prisión militar, donde algunos han estado detenidos durante más de dos décadas sin cargos formales.
Describió a Guantánamo como un “tránsito temporal” para sacar a los ilegales de EEUU sin aclarar qué significa “tránsito temporal” en cuanto a su duración.
El anuncio inicial de Trump indicó que Guantánamo podría albergar a 30.000 personas, enfatizando el potencial de la instalación para una expansión de “capacidad total”.
Expresó su preocupación por ciertos inmigrantes, afirmando: “Algunos de ellos son tan malos que ni siquiera confiamos en que los países los acepten porque no queremos que regresen, así que los vamos a enviar a Guantánamo”.
Sin embargo, esta iniciativa ha generado escepticismo en varios sectores. Vince Warren, director ejecutivo del Centro de Derechos Constitucionales, expresó su preocupación por las condiciones de la instalación, calificándola de “decrépita” y cuestionando la legalidad de usar Guantánamo para este propósito.
Argumentó que si bien EEUU tiene el derecho de deportar a personas con condenas penales específicas, “eso no le da a el derecho de ponerlas en un agujero negro legal en una prisión en alta mar solo para sacarlas de la vista y de la mente. Eso no es algo que las leyes de derechos humanos permitirían”.
El gobierno de Cuba se apresuró a denunciar la propuesta, acusando a EEUU de participar en torturas y detenciones ilegales en territorio del país que ha “ocupado”.
La Habana ha denunciado la existencia de una base naval estadounidense en la isla desde que Fidel Castro llegó al poder en 1959.
“En un acto de brutalidad, el nuevo gobierno de EEUU ha anunciado que encarcelará, en la base naval de Guantánamo, ubicada en territorio cubano ocupado ilegalmente, a miles de migrantes expulsados por la fuerza, que serán ubicados cerca de conocidas prisiones de tortura y detención ilegal”, escribió el presidente cubano Miguel Díaz-Canel en X.
Source: Press TV