El periódico israelí Maariv informó, en un artículo del escritor Ben Caspit, que “Israel” lleva más de un año librando una guerra regional en siete frentes, en la que el ejército israelí ha perdido casi dos divisiones, mientras que le faltan miles de soldados, sin contar el número de muertos y heridos.”
En medio de todo esto, el gobierno busca aprobar una ley que “eximirá a un enorme sector (los haredim) del servicio militar. Es una comunidad que está creciendo y no servirá en absoluto en el ejército israelí”.
Al mismo tiempo, según Ben Caspit, “el gobierno está ampliando significativamente el servicio regular y el número de años de servicio en la reserva, elevando la edad de exención de reserva y aboliendo las exenciones existentes, en medidas que provocan el “desgaste, el descontento y un aumento significativo en la carga” que recae en unos pocos mientras los regulares gimen bajo la carga constante”.
Crisis sucesivas
Si bien destaca estas pérdidas militares, el informe destaca las crisis superpuestas y las sucesivas pérdidas que “Israel” está experimentando, en el frente interno, político y económico, en conjunción con su guerra regional provocada por el primer ministro Benyamín Netanyahu para permanecer en el cargo.
El informe decía que “en medio de esta guerra, Netanyahu despidió al ministro de Defensa, Yoav Galant, que es un general de división experimentado en la reserva y miembro del establishment de seguridad durante cuatro décadas, y le sustituyó por el ministro Israel Katz, que no tiene experiencia y no ha desempeñado algún cargo ministerial de seguridad. Los cambios ocurrieron rápidamente, sin un período de familiarización o capacitación para el nuevo ministro, y en vísperas de un ataque iraní poderoso, y quizás sin precedentes, contra “Israel””.
Todo esto sucedió “en un momento en que la situación económica se está deteriorando rápidamente, por lo que se espera que la calificación crediticia baje por tercera vez en cualquier momento, mientras el déficit se dispara y el Ministerio de Finanzas recomienda cerrar cinco ministerios gubernamentales debido a la crisis financiera”.
¿Estas medidas mejorarán o empeorarán la situación de “Israel”? ¿Es beneficioso o perjudicial para él?
Ben Caspit responde que la respuesta es simple: “Estas acciones empeoran la situación de “Israel”, es decir, que el gobierno israelí está actuando contra “Israel” en tiempos de guerra.”
Añadió que “todo esto ocurrió por una simple razón, la de perpetuar y ampliar el control de Netanyahu sobre “Israel””, señalando que “permitirle continuar llevando a cabo acciones de este tipo, que causan a “Israel” una limitación estratégica permanente y a veces un daño irreversible”, tendrá un resultado simple e ineludible, que es que “Netanyahu es un primer ministro que actúa en oposición al gobierno que dirige”.
En este contexto, señaló que “el Canal 13 israelí formuló esta semana en una encuesta de opinión una pregunta, utilizando la siguiente fórmula, sobre si Netanyahu está poniendo en peligro la seguridad de “Israel” a la luz de los escándalos de seguridad, a la que el 52% respondió afirmativamente, y solo el 7% respondió negativamente”.
Como resultado, Ben Caspit concluyó: “No es necesario preocuparse por la seguridad para comprender que hay un primer ministro cuyo poder continuo causará daños estratégicos a “Israel” y su futuro”.
Source: Medios israelíes