El martes por la noche, el primer ministro israelí, Benyamín Netanyahu, destituyó al ministro de Guerra, Yoav Gallant, y nombró en su lugar al ministro de Asuntos Exteriores, Israel Katz.
En cuanto al Ministerio de Asuntos Exteriores, será asumido por Gideon Saar, según anunció Netanyahu.
Al anunciar su decisión, el primer ministro israelí confirmó que “la confianza entre él y Gallant estaba rota”, citando la existencia de “grandes diferencias en la gestión de la guerra”.
Destacó que “estas discrepancias fueron acompañadas de declaraciones y acciones que entran en conflicto con las decisiones del gobierno”, añadiendo que “la crisis de confianza entre él y Galán se ha hecho pública y no permite una gestión adecuada de la batalla. Es imposible seguir así”.
Continuó: “La crisis ha atraído la atención pública de una manera inaceptable y, lo peor de todo, ha llegado a la atención de nuestros enemigos, quienes se han aprovechado de ella y se han beneficiado enormemente de ella.”
Acto demencial a expensas de la seguridad
A su vez, el ministro de Guerra destituido expresó su “compromiso con la seguridad de “Israel””.
Gallant identificó tres grandes puntos de fricción con Netanyahu: la cuestión del servicio militar obligatorio universal, que considera “fundamental para nuestra existencia”, la devolución de los prisioneros que considera posible “sujeta a compromisos, a veces dolorosos”, y la necesidad de una comisión nacional de investigación sobre los acontecimientos del 7 de octubre.
El Foro para Familias de Prisioneros Israelíes dijo que Netanyahu estaba “tratando de obstruir un acuerdo sobre los prisioneros despidiendo a Gallant”.
Por su parte, Yair Lapid, líder de la oposición israelí y del partido “Hay un futuro”, calificó este despido como “un acto sin sentido”, subrayando que “Netanyahu está vendiendo la seguridad de “Israel” y de los soldados del ejército en nombre de una ridícula supervivencia política”, llamando a “los partidarios de su partido y a todos los israelíes a salir a las calles a protestar”.
El líder del partido State Camp y miembro dimitido del gabinete, Benny Gantz, calificó el despido de Gallant como “una decisión política a expensas de la seguridad de “Israel””.
El líder del partido “Ysrael Beiteinu”, Avigdor Lieberman, pidió que Netanyahu sea reemplazado y declaró: “Si reemplazar a un ministro de Defensa es posible en medio de una guerra, entonces también es posible reemplazar a un primer ministro que ha fracasado en su cargo”.
El ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, felicitó a Netanyahu por la destitución de Gallant.
Repercusiones importantes: Bar, Halevi y Gallant se enfrentan a Netanyahu
El canal israelí Kan informó que habría “repercusiones muy significativas” por el despido de Gallant, y agregó que “el jefe del Shin Bet, Ronen Bar, el jefe del Estado Mayor del Ejército, Herzi Halevi, y Gallant, están ahora en confrontación directa con Netanyahu”.
Por su parte, y en el mismo contexto, el Canal 12 informó que “Netanyahu y el nuevo ministro de Guerra, Israel Katz, lideran el proceso de sustitución del jefe de Estado Mayor y de los jefes de los servicios de seguridad”.
Los medios israelíes citaron a una fuente en la oficina de Netanyahu que vinculaba “las investigaciones (sobre las filtraciones de la oficina del primer ministro) con el despido de Gallant”.
Tras el anuncio de Netanyahu sobre la destitución de Gallant de su cargo, hubo llamamientos entre los colonos para protestar por la medida, mientras la policía cerraba las carreteras alrededor de la casa de Netanyahu en la ciudad santa ocupada de Al-Quds en previsión de manifestaciones.
Se llevaron a cabo protestas en la mayoría de las zonas de “Israel”, incluida Tel Aviv, donde los manifestantes bloquearon la calle Ayalon y estallaron enfrentamientos con la policía. Los manifestantes corearon eslóganes contra Netanyahu y gritaron: “Traidor”, informaron los medios.
Source: Medios israelíes