Debido a que el régimen israelí no pudo reconocer a lo que se vio expuesto este domingo de una manera que hiciera añicos lo que quedaba de la imagen de disuasión que intentaba restaurar, y para evitar golpes más duros y severos para la imagen de “Israel” y su seguridad nacional, la narrativa descarada que creó de un “ataque preventivo” constituyó un intento de evitar enfrentarse a Hezbolá, escapando de escenarios que no podría soportar.
Sin embargo, incluso la propia narrativa isra contenía indicadores que apuntan a la realidad a la que ha descendido “Israel” en los niveles estratégico y de disuasión. A pesar de las capacidades destructivas que posee la entidad enemiga, su liderazgo político y de seguridad no tiene el coraje de traducirlas en opciones operativas, incluso desde una posición de respuesta, mientras que un evento mucho menor que la respuesta de Hezbolá del domingo fue suficiente para conducir a una devastadora guerra israelí en 2006.
El enemigo no podía admitir el fracaso de su “frustrante” “ataque preventivo” y reconocer el éxito de los drones de Hezbolá en alcanzar sus objetivos en el suburbio de Tel Aviv y en atacar la sede de la unidad de inteligencia militar 8200, sin comprometerse a una respuesta proporcional que lo involucrara en un intercambio de ataques dirigidos a su profundidad estratégica y la posibilidad de expandirse a una guerra regional. Por lo tanto, no encontró otra opción que inventar una narrativa que justificara en el interior y para algunos en el exterior la no implementación de las amenazas que había lanzado antes de la respuesta de Hezbolá y la adaptación forzada a los hechos impuestos por los drones y los misiles del movimiento libanés.
En cualquier caso, el intento del enemigo, y de sus seguidores, de promover una narrativa de este tipo no cambia los conjuntos de hechos y mensajes contenidos en la respuesta de Hezbolá:
– La agresión llevada a cabo por el enemigo israelí al amanecer contra una serie de puntos repartidos por los valles del sur del Líbano no logró frustrar la respuesta de Hezbolá a la agresión israelí en el Suburbio del Sur y al martirio del comandante Sayyed Fuad Shukr y de varios civiles. El secretario general de Hezbolá señaló que los aviones israelíes habían atacado sitios vacíos.
– El supuesto ataque preventivo no logró alcanzar sus objetivos. La función de este tipo de opción es privar a la otra parte de la capacidad de tomar la iniciativa o responder, De lo contrario, se convertiría en un acto inútil. La admisión por parte del enemigo del éxito de Hezbolá en el lanzamiento de cientos de misiles y docenas de drones significa que el ataque preventivo no tuvo éxito, incluso según la narrativa israelí. Así, se revela la verdad de que todo lo que el enemigo afirmó en relación a este “ataque preventivo” era inventado, pero se vio obligado a hacerlo porque la alternativa era peor en términos de destruir su imagen frente a su público y en el exterior.
– La narrativa israelí no cambia el hecho de que Hezbolá implementó la decisión de responder con la que amenazó, lo cual es un asunto que contiene muchos mensajes y dimensiones en términos de coraje y sabiduría de la decisión, y su disposición a enfrentar todas las repercusiones posibles. Y que el techo en los ataques que el enemigo quería establecer fracasó, porque la nueva ecuación impuesta por Hezbolá es el “suburbio de Tel Aviv” (Glilot) a cambio del suburbio de Beirut. No debemos ignorar el hecho de que el fracaso de la intimidación estadounidense y la amenaza israelí de lanzar una guerra destructiva contra el Líbano a raíz de la respuesta constituye una variable adicional en el camino hacia el fortalecimiento de la posición de la resistencia en la ecuación de disuasión.
– Los aparatos e instituciones del enemigo ya no pueden ignorar el éxito de Hezbolá al imponer una ecuación de respuesta sin precedentes, al apuntar a un objetivo de inteligencia estratégico relacionado con la agresión que lanzó en el Suburbio del Sur de Beirut. Hezbolá lanzó un ataque preciso contra un objetivo estratégico de inteligencia (la Unidad 8200, la más importante y numerosa del ejército enemigo), situado a 110 km de la frontera, en una zona que se supone está muy defendida.
– Es importante recordar el hecho de que algunos análisis sugerían que Hezbolá intentaría apuntar a un objetivo cualitativo fuera del área de Tel Aviv para evitar poner en aprietos al enemigo, acorralarlo y empujarlo a contrarrespuestas que podrían conducir a una amplia confrontación militar y tal vez a una guerra. Sin embargo, la respuesta de Hezbolá en el área de Tel Aviv fue un mensaje rotundo y disuasorio, ya que reveló que no se adaptará a la ecuación que el enemigo intentó imponer, y está preparado para enfrentar cualquier repercusión que resulte de ello, sin importar cuán grande sea.
– Al mismo tiempo, Hezbolá demostró, mediante una respuesta firme, meditada y decidida, que gestiona sus pasos operativos, iniciando y respondiendo, de acuerdo con una estrategia que sirve a los objetivos trazados de antemano. Esto es evidente en el hecho de que la respuesta se distingue por su naturaleza, profundidad geográfica y características, lo que la hace eficaz, influyente y fundamental para la ecuación de respuesta y disuasión, y sirve a la ecuación del frente libanés como frente de apoyo y respaldo a Gaza. Por otra parte, la respuesta incluyó ventajas adicionales, ya que encarnó la audacia en la decisión y la determinación de continuar el camino operativo en la iniciativa y la respuesta, y la sabiduría para evitar entrar en una guerra que Hezbolá no desea, pero que está dispuesto a librar.
– La implementación de la respuesta de Hezbolá en vista del auge de la preparación operativa del enemigo y del ejército estadounidense en el mar y en tierra constituye un desafío operativo sin precedentes y confirma que Tel Aviv siempre necesitará una presencia militar estadounidense directa para protegerlo cuando la dirección política y de seguridad del enemigo decida cruzar determinadas líneas rojas en su enfrentamiento con Hezbolá.
No es difícil evaluar el dilema al que se enfrentó la dirección del enemigo, debido a la respuesta en el “Gran Tel Aviv”, en términos de las opciones que tuvo que adoptar, y que finalmente se materializaron en abstenerse de la escalada. Esto ha revelado la verdad sobre la disposición de la entidad enemiga a escalar su enfrentamiento con Hezbolá. También ha quedado desmentida, hasta ahora, la hipótesis de que “Israel” estaba esperando cualquier justificación para avanzar hacia una guerra regional. Como resultado, tendrá que volver a las reglas de enfrentamiento que existían antes de la agresión de Dahiyeh, especialmente después de que se haya demostrado la inutilidad de apostar por la eficacia de laintimidación mediante el despliegue de la flota estadounidense y las amenazas de una guerra destructiva.
Source: Al Akhbar