Qatar y el Sultanato de Omán podrian retirarse del Consejo de Cooperación del Golfo Pérsico, donde las disputas y divisiones internas aparecen más claras.
Aunque el régimen saudí intentó dar una imagen de liderazgo y unidad en la pasada cumbre de Riad, lo cierto es que hicieron falta pocas horas para que todo el esquema saltara por los aires.
Al día siguiente de su encuentro de Riad, donde los responsables saudíes acusaron, delante de Donald Trump, a Qatar de apoyar el terrorismo, el emir qatarí habría pronunciado un discurso donde mostró su apoyo a Irán, Hezbolá y Hamas.
Él habría declarado que Irán es una potencia regional e islámica que no se puede ignorar y el no entenderse con ese país sería una locura.
Estas declaraciones, que fueron desmentidas más tarde por el Ministerio de Exteriores qatarí, provocaron, sin embargo la ira de Arabia Saudí, que no creyó en tal desmentido.
Por su parte, el Sultanato de Omán lleva apartado de los objetivos y políticas saudíes durante años. El país ha realizado incluso maniobras militares con Irán y fue uno de los promotores y mediadores en el acuerdo nuclear entre el G5+1 y ese país.
Kuwait también ha buscado una política de aproximación a Irán durante una reciente visita del emir de ese país a Teherán y ha buscado hacer de mediador entre los países del Golfo e Irán.
Las relaciones entre Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos han sido tirantes en Yemen, sobre todo en el sur, donde este último país apoya al movimiento secesionista.
En este contexto, el régimen de la familia Al Jalifa en Bahrein, cercado por las protestas, es el único aliado fiel que le queda a Arabia Saudí en el seno del CCG, donde las tensiones son más que evidentes.
Source: Al Manar