Día tras día, el ejército israelí se convence de una vieja hipótesis de que la entidad sionista se enfrentará a múltiples frentes. Las recientes operaciones de resistencia que se extendieron de norte a sur, hasta el interior de la Palestina ocupada, la última de las cuales podría haber desembocado en una amplia ronda de combates, solo añadieron certidumbre a esta hipótesis.
Mientras tanto, las operaciones recientes impusieron una presión sobre las instituciones políticas y de seguridad del régimen de ocupación, ya que profundizó el estado de confusión dentro del liderazgo israelí.
Sin embargo, tales estimaciones israelíes no solo comenzaron con el estallido de la última “ronda de cohetes” en la tercera semana del mes sagrado del Ramadán, sino que esta última representó una traducción modesta de un escenario contemplado por los líderes de la ocupación hace años.
Quizás el ejercicio militar “Carros de fuego”, que estaba programado para 2021 y se pospuso hasta 2022 debido a la batalla “Saif Al-Quds”, indicó que este escenario había estado sobre la mesa desde antes.
Según estimaciones israelíes, Irán ha dado pasos importantes en su plan de despliegue de misiles, drones y armas avanzadas en torno a la entidad sionista, convirtiendo los territorios ocupados de norte a sur en un auténtico campo de batalla.
Como resultado, el enemigo vive con la obsesión de enfrentar una dura confrontación que incluya simultáneamente al Líbano, Siria, Iraq y Yemen, además de la Franja de Gaza y Cisjordania, sobre todo porque espera, en este caso, ser sometido a una destrucción en una escala que no ha presenciado a lo largo de su historia.
Estas estimaciones elevaron el nivel de preocupación en el régimen israelí que vive con un estado de miedo permanente ante cualquier conflicto en la región.
Y lo que hace más sombrío el panorama para “Israel” es que el escenario de guerra en múltiples frentes, con sus riesgos militares y estratégicos, llega en un momento en que la entidad sionista se encuentra “ahogada en la crisis interna más grave de su historia, mientras su primer ministro es Benyamin Netanyahu, quien prometió poner a Irán en la cima de sus prioridades, está ocupado tratando de salvarse del fallo de los tribunales, mientras la gente está dividida”, dijo Chuck Freilich, ex asesor adjunto de seguridad nacional, en un artículo en Yedioth Ahronoth (19 de abril de 2023).
Freilich agregó: “Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos han restablecido sus relaciones con Irán, y Egipto está en camino de hacerlo, y la alianza regional que “Israel” buscó construir se está desintegrando, además de la profundización de las relaciones de Irán con China y Rusia. Asimismo, “la crisis en nuestra relación con EEUU es profunda”. Él concluye señalando que “toda la estrategia que construyó Netanyahu se ha derrumbado”.
Las batallas en más de un frente han cesado, pero los órganos de evaluación y toma de decisiones de la entidad sionista todavía se hacen eco de los mensajes detrás de la operación Megiddo y los posteriores ataques con misiles desde el Líbano, Siria y Gaza contra “Israel”.
Las instituciones israelíes ven los desarrollos de seguridad ocurridos en las últimas semanas como una nueva etapa altamente entrelazada, compleja y completamente diferente a lo que se reflejó en las maniobras que simularon tales escenarios.
Quizás lo que asusta a “Israel” en esta etapa es que si decide tomar represalias se verá envuelto en una batalla de múltiples frentes que teme y ha estado tratando de evitar, mientras que si se abstiene de hacerlo, habrá aceptado la erosión de su poder disuasorio.
El ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, confirmó en una sesión de evaluación de la seguridad (el 20 de abril) que “Israel” está “al final de la era de los enfrentamientos limitados” y que está entrando en “una nueva era de seguridad que plantea una amenaza real en todos los campos al mismo tiempo”.
Los comentarios de Gallant reflejan un cambio en la conciencia de la institución de seguridad israelí y anticipan el comportamiento cauteloso de los tomadores de decisiones israelíes hacia sus opciones en un intento por evitar un escenario peligroso que los israelíes ven como el “Día de la Resurrección”.
El ministro israelí resumió este cambio por parte del establecimiento militar israelí, y detrás de él también el establecimiento político, diciendo: “Hemos trabajado durante años para asumir que podemos involucrarnos en conflictos limitados, pero este fenómeno está desapareciendo. Hoy hay un fenómeno claro, que son los frentes únicos”.
Gallant también expresó que Irán es la “fuerza impulsora” de este fenómeno al proporcionar “recursos, ideología, conocimiento y capacitación a sus representantes”, y agregó que la creciente dependencia de todos estos actores de Irán lleva a la República Islámica a “desafiar a “Israel””.
Por otro lado, el secretario general de Hezbolá, Sayyed Hasan Nasralá, fue claro en su reciente discurso con motivo del “Día Internacional de Al-Quds” (14 de abril), donde advirtió al enemigo que no se base en una política que apunte a involucrarse en una sola batalla basándose en la evaluación de que la gente de la región no quiere una guerra.
“Este es un juego peligroso”, dijo Sayyed Nasralá, advirtiendo que los cálculos de la ocupación pueden arrastrar a la región a una guerra total, que necesariamente tendrá múltiples frentes.
Por su parte, el gabinete israelí realizó una sesión sobre la amenaza que emana de Líbano y Siria. El primer ministro israelí, Benyamin Netanyahu, “hizo coincidir deliberadamente la sesión con el aniversario del Holocausto y en presencia de toda la cúpula de la seguridad en “Israel”, con el objetivo de enviar un mensaje de fuerza”, según informa el canal hebreo “Kan”.
Otros informes indicaron que en la sesión se discutió el escenario de escalada en el frente norte, como resultado de una posible escalada en Gaza, según las estimaciones de los estamentos militares y de seguridad israelíes.
En consecuencia, las posturas israelíes, así como la actuación política, revelan que el régimen sionista trata con toda seriedad el hecho de que la región haya entrado en una nueva fase, con lo que se ha hecho más presente la hipótesis de la batalla multifrentes sobre la mesa. Esto llevó a “Israel” a discutir sus posibles opciones al respecto, especialmente a la luz de las dudas sobre la disposición de Tel Aviv para librar tal batalla.
Por lo tanto, se entiende la respuesta limitada de la ocupación durante la última ronda, así como su enfoque en evitar un choque con Hezbolá, en un intento por evitar actos de represalia.
Sin embargo, la realización del escenario de múltiples frentes depende de una serie de factores, incluida la posibilidad de errores de cálculo israelíes, que harían que sea como si estuviera pisando una mina regional que explotará y derribará su frente interno y los intereses de sus patrocinadores estadounidenses en la región.
Source: Al Akhbar