Poco después del levantamiento del veto del presidente Barack Obama contra la llamada Acta de Justicia contra los Patrocinadores del Terrorismo (JASTA), la ley que permitiría demandas de las víctimas civiles contra Arabia Saudí en los tribunales norteamericanos, el liderazgo del Congreso de EEUU está ya dando marcha atrás y prometiendo “cambiar” la ley con el fin de aplacar a Obama y los saudíes, señala la publicación The Hill.
El líder de la Mayoría en el Senado, Mitch McConnell (Republicano de Kentucky), dijo que los posibles cambios estaban siendo sometidos “a más discusiones”, mientras que su homólogo de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, prometió “cambiar la ley” para impedir “cualquier tipo de represalia”, como la retirada de fondos saudíes de EEUU o el cierre de algunas bases en la zona del Golfo Pérsico.
Mientras que en el Senado no hubo ningún debate en el debate sobre el levantamiento del veto, en la Cámara de Representantes algunos congresistas pidieron cambios que debilitarían dramáticamente la ley. Ellos basaron sus alegaciones en la irritación que ella ha provocado en Arabia Saudí y advirtieron de “consecuencias indeseadas”.
La opinión pública del país está abrumadoramente a favor del JASTA en su actual redacción y la Casa Blanca quiso demorar la votación hasta después de las elecciones de noviembre, cuando la voluntad de los electores ya no fuera tan importante para los senadores. Ahora, después de la votación, ella busca convertir la ley en un mero documento sin relevancia real.
Dos senadores Bob Corker (Republicano por Tennessee) y Lindsey Graham (Republicano por Carolina del Sur) indicaron, en este sentido, que los “cambios” serán aprobados después de las elecciones.
Esto significa que la ley quedará al final vacía de contenido una vez que las elecciones pasen con el fin de agradar al aliado saudí.
Los perdedores de tal movimiento serán las familias del 11-S a las que la Casa Blanca y el Congreso han puesto claramente por detrás de los intereses de un régimen brutal que apoya el terrorismo, pero que mantiene una alianza con EEUU.
Lo peor para Arabia Saudí es que todo el pueblo norteamericano es consciente ahora de su respaldo al terrorismo y esto podría tener consecuencias impredecibles para el reino wahabí en el futuro.
Source: Agencias