El comandante en jefe del Cuerpo de Guardias de la Revolución Islámica (CGRI) dice que EEUU y otras grandes potencias están hoy a la defensiva en la región después de sufrir varias derrotas allí, refiriéndose al fracaso del régimen de sanciones contra la República Islámica como un caso ejemplificador.
El general de división Hossein Salami hizo las declaraciones el lunes en el Cementerio de los Mártires en la ciudad de Kerman, el lugar de enterramiento del legendario comandante antiterrorista de Irán, el general Qassem Soleimani, quien fue asesinado por EEUU a principios de 2020.
Salami enumeró los fracasos políticos de EEUU en Asia, entre ellos su reciente y humillante retirada de Afganistán, dos décadas después de que Washington y sus aliados invadieron el país para eliminar a los talibanes.
“En estos días, estamos siendo testigos de que EEUU se está retirando y posiblemente pasando sus últimos meses en Iraq. Somos testigos de sus fracasos en el peligroso proyecto del Líbano y de sus objetivos en el frente de Siria. También vemos la derrota de los objetivos y actividades del enemigo en las sanciones que ha impuesto contra Irán y su asedio político y económico”, dijo el comandante en jefe del CGRI.
En el caso de las tácticas de presión anti-Irán, Salami dijo que el pueblo iraní ejerció “paciencia revolucionaria” frente a la guerra psicológica del enemigo y se mantuvo firme contra las sanciones, la invasión cultural y la presión política.
“El enemigo nos rodeó con sanciones económicas para hacer que la gente se rindiera, pero la gente se mantuvo firme”, dijo.
Salami dijo que EEUU no podrá revertir la tendencia de sus derrotas asesinando a figuras y comandantes como el general Soleimani.
“Hoy, los signos de confianza en uno mismo y de victoria en los frentes del Islam y la resistencia son más evidentes que antes, y (por otro lado), estamos siendo claramente testigos … de los signos de la retirada y la derrota del enemigo”, dijo el comandante en jefe.
El general Soleimani, que encabezaba la Fuerza Al Quds del CGRI, estaba de visita en Bagdad por invitación oficial del gobierno iraquí cuando fue asesinado, junto con su compañero de trinchera iraquí Abu Mahdi al Muhandis, el subjefe de las Fuerzas de Movilización Popular, y otros compañeros.
Ambos comandantes fueron muy populares ya que desempeñaron un papel clave en la eliminación del grupo terrorista takfiri Daesh en la región, particularmente en Iraq y Siria.
Source: Medios iraníes