Miles de personas han comenzado a regresar a sus hogares en la provincia suroccidental de Daraa, en Siria, después de que militantes takfiris depusieran las armas o aceptaran partir hacia áreas controladas por Turquía en la parte norte del país árabe.
Los desplazados comenzaron a llegar a Daraa al Balad cuando las autoridades eliminaron los controles de carreteras y las abrieron, mientras los escuadrones de artificieros peinaban áreas que anteriormente estaban ocupadas por terroristas takfiris, informó la agencia oficial de noticias SANA.
La Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) calculó recientemente el número de desplazados internos en la provincia de Daraa, como resultado del terrorismo respaldado por extranjeros, en 38.600, incluyendo 15.000 mujeres y más de 20.400 niños.
El miércoles, unidades del Ejército sirio entraron en Daraa al Balad e izaron allí banderas nacionales de Siria.
El Ejército sirio ha comenzado a registrar edificios en áreas residenciales en busca de armas y artefactos explosivos improvisados colocados por los militantes, según la agencia de noticias rusa RIA Novosti.
Las unidades del Ejército sirio también izaron la bandera nacional en el barrio de Al Arbain, anteriormente un bastión de los militantes, en el marco de un acuerdo propuesto por el gobierno sirio el mes pasado y negociado por los rusos.
Según el acuerdo alcanzado el 14 de agosto, los militantes acordaron entregar sus armas en Daraa al Balad, donde las fuerzas gubernamentales establecerán puestos de control en nueve distritos.
Todos los militantes que se negaron a deponer las armas debían partir hacia la provincia de Idleb o Jordania en autobuses proporcionados por las autoridades gubernamentales.
En 2018, las tropas del Ejército sirio lograron establecer el control sobre la provincia de Daraa, que limita con Jordania al sur y los Altos del Golán ocupados por “Israel” al oeste.
Source: Agencias