Moscú y Teherán el martes 13 de abril mostraron un frente unido contra Washington y los europeos en medio de conversaciones en Viena para tratar de salvar el acuerdo nuclear de 2015 con Irán.
“Contamos con el hecho de que seremos capaces de salvar el acuerdo y de que Washington finalmente volverá a la plena y completa implementación de la correspondiente resolución de la ONU”, declaró el jefe de la diplomacia rusa, Serguei Lavrov, durante una rueda de prensa con su homólogo iraní, Mohammad Javad Zarif, en Teherán.
Lavrov pidió una vez más a EEUU que levante las sanciones adoptadas contra Teherán desde que abandonó el acuerdo en 2018 bajo la presidencia de Donald Trump.
El ministro ruso también atacó ferozmente a la UE, de la que dijo que amenaza los esfuerzos en curso al anunciar el lunes que ocho funcionarios de seguridad iraníes serán objeto de sanciones europeas por su presunto papel en la violenta represión de unas protestas en noviembre de 2019.
“En la UE no hay coordinación; la mano derecha no sabe lo que hace la izquierda. Eso es lamentable”, dijo.
“Si esta decisión se tomó voluntariamente en medio de las negociaciones en Viena para salvar (el acuerdo nuclear), entonces ya no es lamentable. Es un error que sería peor que un crimen”, espetó.
En respuesta a la decisión de la UE, que coordina las discusiones en Viena, Teherán anunció el lunes por la noche que suspenderá “todo diálogo sobre derechos humanos” con los veintisiete, así como su cooperación con Europa en términos de “terrorismo, (lucha contra) el narcotráfico y refugiados”.
Por su parte, Zarif advirtió a EEUU que no obtendría ninguna ventaja en las conversaciones nucleares mediante “actos de sabotaje” o “sanciones”.
“No tenemos ningún problema en volver a nuestros compromisos (…) pero los estadounidenses deben saber que ni las sanciones ni los actos de sabotaje les darán una carta de negociación y que estas acciones solo les complicarán aún más la situación”, dijo Mohammad Javad Zarif.
El día anterior, Teherán había acusado a “Israel” de haber saboteado su planta de enriquecimiento de uranio en Natanz, en el centro de Irán, el domingo 11 de abril, mientras se mantienen conversaciones en Viena para intentar salvar el acuerdo internacional sobre energía nuclear concluido en la capital austriaca en 2015.
“Creyeron que lo que hicieron a Natanz iría en desventaja para Irán (…). Les aseguro que en un futuro cercano, Natanz cambiará a centrifugadoras más sofisticadas”, declaró Zarif.
“Muy mala apuesta”
“Los israelíes, si pensaban que podían detener los esfuerzos de Irán para levantar las sanciones contra el pueblo iraní, hicieron una muy mala apuesta”, agregó.
“EEUU no estuvo involucrado de ninguna manera” en lo que sucedió en Natanz, dijo el lunes la Casa Blanca.
Las conversaciones de Viena reúnen a los estados que aún son parte del acuerdo nuclear de Irán (Alemania, China, Francia, Reino Unido, Irán y Rusia) bajo la égida de la Unión Europea. Washington está asociado a las negociaciones pero sin contacto directo con los iraníes.
EEUU, bajo el presidente Donald Trump, denunció unilateralmente el Acuerdo de Viena en 2018, restableciendo las sanciones estadounidenses que se habían levantado bajo el pacto.
En represalia, desde 2019 Irán se ha liberado de la mayoría de los compromisos clave que limitaban sus actividades nucleares y que había contraído en Viena. Joe Biden, quien reemplazó a Trump en enero, señaló su intención de volver al acuerdo.
Source: Press TV