Fuentes de noticias informaron que las empresas extranjeras habían dejado de operar en los puertos saudíes y las zonas costeras de Yemen, especialmente el puerto de Yeddah, y que los directores ejecutivos de esas empresas habían huido de Arabia Saudí.
Según la agencia de noticias Tasnim de Irán, citando el sitio web Souk Okaz, las empresas extranjeras han cerrado sus operaciones en el puerto saudí de Yeddah.
Souk Okaz informó que las actividades de empresas extranjeras en los puertos saudíes y las zonas costeras de Yemen han cesado y los jefes de estas empresas han regresado a sus países.
La medida de empresas extranjeras sigue a los ataques a petroleros y buques mercantes en el Mar Rojo, el último de los cuales tuvo como objetivo un petrolero en Yeddah, lo que llevó a las empresas extranjeras a suspender sus operaciones en los puertos saudíes.
Fuentes cercanas a la oposición saudí afirman que Riad se niega a dar a conocer informes de daños en el puerto de Yeddah, alegando que el incidente ocurrió fuera del puerto, mientras que el propietario del buque subrayó que el hecho se había producido en el interior del puerto y en el momento de la descarga de la carga.
Un petrolero británico explotó el lunes 14 de diciembre a escasos metros del estratégico puerto de Yeddah, centro de las exportaciones e importaciones saudíes, chocando, según AP, con un objeto “no identificado”: la información también fue transmitido por el British Maritime Trade Center incluso antes de la WAS, la agencia de prensa saudí, lo mencionara, una señal de que Gran Bretaña, cuyos desminadores y comandos han estado merodeando durante 21 días frente a Yeddah, en el Mar Rojo, en busca de “objetos desconocidos” entendieron muy bien la situación.
La explosión provocó un derrame de petróleo aunque los 22 tripulantes de la embarcación con bandera de Singapur lograron escapar de las aguas. Las versiones, obviamente, difieren de una agencia a otra. Algunas evocan “un barco bomba”, otras “una mina submarina” o incluso un “misil lanzado desde el mar”.
Desde el 22 de noviembre y el atronador disparo de un misil de Ansarulá, que viajó no menos de 1.400 kilómetros antes de caer sobre su objetivo, las fuerzas especiales británicas se han desplegado en todo el territorio saudí en un intento para compensar la lamentable fallo de las defensas antiaéreas, compuestas principalmente por el sistema estadounidense Patriot.
Source: Press TV