El atronador ataque balístico iraní contra la base estadounidense de Ain al Assad, que se destacó tanto por ser balístico como de alta precisión, causó un verdadero terremoto dentro del Pentágono. A este respecto Le Monde señala:
“Irán ya ganó su guerra en Iraq contra EEUU … Esta guerra de Iraq duró solo doce días … y habrá consagrado una nueva realidad geopolítica: el intervencionismo estadounidense en Oriente Medio, cada vez más privado de relevos locales, está perdiendo fuerza ante una potencia iraní que ha hundido sus raíces en Iraq … El Pentágono afirmó que restablecería la disuasión con Irán liquidando al líder de las Fuerzas Especiales de los Guardianes de la Revolución, Qassem Soleimani, pero Soleimani resulta, como insiste la propaganda iraní, “más peligroso muerto que vivo”.
Según Avia.pro, un sitio cercano al Ministerio de Defensa ruso, los soldados estadounidenses desplegados en Iraq ahora se niegan a regresar a Ain al Asad. Incluso hay una gran insurrección dentro de las fuerzas del Ejército de EEUU, que habría atraído al número dos de EEUU, Mike Pence, a Iraq. El número dos a bordo de su helicóptero habría ido a Ain al Asad para ver como Irán ha destrozado el aura de Hollywood del Ejército estadounidense.
El secretario de Defensa, Mike Esper, ya dio la primera señal de disconformidad el lunes. Ante los periodistas, se negó a confirmar la absurda versión de Trump según la cual el comandante y jefe del eje de Resistencia, general Soleimani, fue asesinado de manera preventiva “ya que planeaba destruir cuatro embajadas de EEUU”: “El presidente no ha citado evidencias específicas. Lo que dijo fue lo que creía. No he visto nada en lo que concierna a cuatro embajadas. Lo que digo es que compartí la opinión del presidente de que probablemente fueran tras nuestras embajadas”, dijo Esper, opinando sobre la declaración de Trump.
Avia.pro afirma que los soldados estadounidenses se niegan a regresar a Ain al Asad porque ya no es segura: “La base aérea ha sido casi completamente destruida por el ataque de los misiles balísticos iraníes y no tiene un sistema de defensa. Incluso los búnkers donde los militares estadounidenses se refugiaron en la noche del ataque no están en condiciones, ya que los misiles iraníes han causado graves grietas y destrucción allí. Todavía no hay personal militar en la base y los soldados estadounidenses se niegan a regresar a un campo que no está protegido contra ataques de misiles”.
El sitio ruso afirma que estas informaciones provienen directamente de las fuentes militares y civiles iraquíes, mientras que el Pentágono, visiblemente sacudido por el golpe, se niega a comentar. Otro indicio del desorden en el campo estadounidense: el lunes, las agencias de prensa iraquíes informaron sobre un curioso ataque con cohetes contra la segunda base aérea ocupada por las fuerzas estadounidenses en Iraq, a saber, la de Balad, en Salaheddin. Una salva de ocho cohetes dirigidos contra el restaurante de la base causó heridas a cuatro iraquíes, incluyendo dos oficiales. El ataque, muy diferente de los reivindicados por el Hashid al Shaabi, provocó muy curiosamente la reacción del secretario del Estado de EEUU, quien, sin acusar directamente a la Resistencia iraquí, mostró su enojo.
Para los analistas, este ataque, cuyo modus operandi es muy diferente a los que ya han tomado como blanco bases estadounidenses anteriormente, significa dos cosas: primero, las fuerzas estadounidenses estarían en la fase de reposicionamiento sin saber cómo abordar el nuevo estado en el que Washington las ha colocado, a saber, la confrontación directa con Irán y la Resistencia iraquí. En segundo lugar, el Pentágono ahora utiliza a las fuerzas iraquíes como carne de cañón, usándolas como escudos humanos. Avia. Pro agrega: “Apareció un vídeo en Twitter, donde se notó que la base aérea de Balad fue vaciada de tropas y armamentos estadounidenses en un solo día: soldados, aviones, helicópteros, drones y todo el personal ha sido evacuado”.
Y el sitio ruso agregó: “No hay comentarios oficiales del Departamento de Defensa de EEUU con respecto a la negativa de los soldados de EEUU a regresar a las bases en Iraq. Sin embargo, los testimonios de los soldados que estuvieron presentes en Ain al Asad comenzaron a divulgarse el día del ataque y demuestran que los soldados estadounidenses y otros países de la OTAN, aterrorizados, ya no quieren repetir la experiencia. “Fue terrible. Es imposible describirlo. No querría que nadie lo experimentara. No había nada que pudiéramos hacer. Solo podíamos aceptar la situación. No sé cuánto esperamos, unas horas”, dijo un oficial danés al sitio ruso.
El sitio ruso también publicó a imágenes raras tomadas dentro de la base, cuestionando la versión ofrecida por los medios estadounidenses: “Contrariamente a la historia reportada por el Pentágono de que la base militar norteamericana de Ain al Asad estaba preparada para resistir el ataque con misiles balísticos iraníes, las imágenes muestran una terrible destrucción dentro del campo. En una fotografía tomada por uno de los militares estadounidenses, vemos el arco de un búnker de hormigón agrietado después de la explosión de un misil Qiam, aunque esta parte de la estructura es la más fuerte y se supone que resistiría cualquier impacto directo. Además, la parte que albergaba a los soldados está cubierta de escombros (el punto más alejado del refugio) y en las paredes interiores también el hormigón está destruido (la pared izquierda del refugio).
Para el Pentágono, ahora es un hecho establecido: si Irán hubiera realmente querido hacer correr la sangre de los soldados estadounidenses, el Ejército norteamericano no podría haber hecho nada. “Irán tiene misiles balísticos mucho más poderosos en su arsenal. Sin embargo, Irán ha optado por no utilizarlos. Si el búnker no pudo resistir un misil Qiam, en caso de un ataque de misiles más poderosos, esto hubiera transformado el refugio en una tumba”, explicó un especialista a Avia.pro. Citando la declaración de un soldado estadounidense a la CNN, el sitio señala: “La intensidad de una de las explosiones destrozó una pared de 4 toneladas. Nuestros dormitorios están todos jodidos. Fue diferente a cualquier otra guerra. Es una sensación total de impotencia: no se puede hacer nada. Se realiza un ataque y estamos esperando el próximo”, dijo un soldado estadounidense a la CNN.
Según los observadores, la conmoción del 8 de enero no ha sido digerida, de ahí probablemente el temor de responder a la “bofetada iraní”. Al Mayadin confirma la visita secreta del número 2 de los EEUU, Mike Pence, el viernes pasado a Bagdad en medio de intensas medidas de seguridad. Él fue a la base a bordo de un avión escoltado por helicópteros y drones, donde vio el alcance del daño: “Un centro de mando completamente fuera de servicio, sistemas de control y comunicación destruidos, infraestructuras y una pista de aterrizaje convertidas en humo…”.
Source: Press TV