La diplomacia estadounidense siempre ha abordado las causas libanesas con mucha agresividad y arrogancia; sin embargo, en el caso del embajador Thomas Barrack, muchos se sorprendieron por su retórica, expresada tras reunirse con funcionarios libaneses en Beirut, aunque la esencia y el contenido aún reflejan el apoyo de Washington a las demandas de Tel Aviv.
Es fundamental mencionar que, antes de la visita de Barrack a Beirut el lunes, ciertos círculos políticos y periodísticos habían generado un clima de escalada y anticipaban una retórica amenazante en las conferencias y reuniones del enviado estadounidense. Por lo tanto, dichos círculos quedaron conmocionados.
La Presidencia de la República anunció en un comunicado esta tarde que el presidente Joseph Aoun presentó al embajador estadounidense en Turquía y enviado especial a Siria, Thomas Barrack, las ideas del Líbano para una solución integral durante una reunión en el Palacio de Baabda esta mañana.
El presidente de la Cámara de Representantes, Nabih Berri, se reunió hoy en el Palacio de Ain El-Tineh con Barrack y la delegación que lo acompañaba, en presencia de la embajadora de EEUU en el Líbano, Lisa Johnson, y de su asesor de prensa, Ali Hamdan.
La reunión, que duró más de una hora, abordó los acontecimientos en el Líbano y la región, así como los acontecimientos políticos y sobre el terreno.
El presidente Berri describió la reunión como “buena y constructiva, considerando los intereses y la soberanía del Líbano, las preocupaciones de todos los libaneses y las demandas de Hezbolá”.
Tras su reunión con el enviado especial de EEUU, Thomas Barrack, en el Gran Serail esta tarde, el primer ministro Nawaf Salam afirmó que «limitar las armas y ampliar la autoridad estatal es algo que los libaneses han acordado desde el Acuerdo de Taif».
Añadió que «Hezbolá es parte integral del Estado libanés, y sus representantes votaron sobre la declaración ministerial».
«En cuanto a los drones y los ataques contra el sur y la Bekaa, son condenados por todos, y estamos buscando movilizar el apoyo diplomático árabe e internacional para detenerlos», continuó Salam.
En sus declaraciones públicas, Barrack describió la respuesta libanesa como “muy convincente” y expresó su satisfacción con lo escuchado en el Palacio Presidencial y del presidente de la Cámara, Nabih Berri. Barrack expresó su comprensión de la postura del Estado libanés, enfatizando que no hay un plazo para el diálogo y que la discusión es abierta. Esta postura se interpretó como una consideración de las preocupaciones libanesas, en particular respecto al tema de las armas.
Cabe destacar que Barrack se refirió a Hezbolá en un tono diferente, describiéndolo como “el partido político libanés representado en el gobierno”, en un lenguaje más cercano a un compromiso realista que a una retórica hostil. Incluso enfatizó que el tema de las armas del partido es un “asunto interno libanés”, desviando así el debate de la escalada externa a los asuntos internos libaneses.
Sin embargo, esta retórica no ocultó la esencia de la política estadounidense. Barrack no ofreció garantías de seguridad al Líbano, sino que habló con franqueza sobre el fracaso del mecanismo de supervisión de la implementación del acuerdo de alto el fuego. Esta postura fue calificada de peligrosa, ya que reflejaba que EEUU no garantiza el control de la ocupación israelí ni impide su escalada.
Source: Al Manar y sitios web