Las estratagemas de EEUU e Israel para cambiar la misión de la FPNUL (Fuerza Provisional de las Naciones Unidas para el Líbano), las tropas de cascos azules que patrullan la frontera entre el Líbano y la Palestina ocupada, han cosechado un total fracaso en el seno de la ONU. Ambos querían un cambio en la misión de control de la fuerza de las Naciones Unidas sobre el cese de hostilidades en el Sur del Líbano para que ella actuara en la práctica como un policía al servicio de Israel.
El periódico árabe Al Akhbar, publicado en Beirut, informó que Washington no ha conseguido convencer a los representantes de los países miembros del Consejo de Seguridad de la ONU para que modifiquen la misión de la FPNUL, que debe renovarse por un período de seis meses. Los países europeos, incluida Francia, se niegan a permitir que la FPNUL amplíe sus competencias para “perseguir el tráfico de armas con destino a Hezbolá”.
En los últimos meses, el régimen israelí ha agudizado sus intentos de persuadir a terceros países del peligro que suponen las acciones de la Resistencia libanesa en las fronteras del Líbano, a las que acusa de ir en contra de la Resolución 1701 de la ONU, que impone una zona de amortiguación en el Sur de Líbano. Sin embargo, el mismo régimen viola diariamente el espacio aéreo, terrestre y marítimo del Líbano y ha erigido a lo largo de la franja fronteriza torres de vigilancia y colocado cámaras de vigilancia.
A principios de junio de 2017, la embajadora de EEUU en la ONU, Nikki Haley, conocida por sus puntos de vista sionistas extremistas, visitó el norte de la frontera israelí con el Líbano acompañada por oficiales del Ejército israelí, que le manifestaron que la FPNUL no estaba “haciendo su trabajo” y temía enfrentarse a Hezbolá. Durante la visita de Haley, el General de División Aviv Kochavi, jefe de Gabinete Adjunto del Ejército de Israel, y el comandante de la FPNUL, mantuvieron una acalorada discusión en su presencia. Este último desmintió las alegaciones israelíes y dijo a Haley que la situación fronteriza era estable y no requería más intervenciones.
Sin embargo, el régimen de Tel Aviv siguió haciendo ruido y redoblando la presión sobre los países occidentales para que la FPNUL se convirtiera en su “vasallo”, actuando tan pronto como juzgara que una acción amenazaba la seguridad en la frontera israelí-libanesa, pero sólo del lado libanés.
Israel contó con el apoyo de la Administración Trump para presentar su solicitud al Consejo de Seguridad de la ONU. Si la FPNUL no puede “frustrar la amenaza de Hezbolá” contra Israel, su presencia es innecesaria, dijo el presidente de EEUU.
El embajador de Israel ante las Naciones Unidas, Danny Danon, publicó un artículo en The Wall Street Journal sobre las expectativas de Israel acerca de la FPNUL y donde enumeraba los cambios deseados por la entidad sionista:
1. Aumento de la presencia de fuerzas de mantenimiento de la paz en aldeas del Sur del Líbano. 2. Autorización concedida a la FPNUL por el Consejo de Seguridad para eludir la Resolución 1701. 3. Autorización para desmantelar cualquier actividad sospechosa en el Sur del Líbano, es decir, lo que los israelíes llaman “tráfico de armas hacia Hezbolá”.
Israel ya estaba al límite de su desesperación cuando las zonas de distensión fueron creadas en el Sur de Siria con el acuerdo de Rusia y EEUU. Israel envió una delegación a EEUU y el propio Netanyahu fue a Moscú a entrevistarse con Putin para intentar sabotear el acuerdo, pero fue ignorado tanto por los rusos como por los norteamericanos.
Europa, y a su cabeza Francia, se ha opuesto categóricamente a cualquier alteración de la misión de la FPNUL. Alemania, España y Suecia se expresaron también en este sentido. Cabe señalar que varios de estos países tienen tropas que forman parte de la fuerza de la ONU.
Rusia, por su parte, también se opuso a las propuestas israelíes y norteamericanas. “No tenemos ninguna razón para poner en cuestión el mandato de la FPNUL, señaló el embajador ruso, Vassily Nebenzia, que añadió que Moscú quiere que “la misión de la FPNUL sea renovada de la forma actual”, algo en lo que “coinciden la mayor parte de los miembros del Consejo de Seguridad”.
Un diplomático dijo, bajo la condición del anonimato, a Al Akhbar, que los cascos azules no podrían ir a registrar viviendas a la búsqueda de armas en el Sur del Líbano sin que estallaran confrontaciones armadas. Por el contrario, Moscú y París creen que la actuación de la FPNUL en los términos actuales ha jugado un papel importante en el mantenimiento de la paz.
Danon no pudo evitar mostrar su frustración por este fracaso. “Hezbolá no cesa de reforzar su poder y la FPNUL esconde la cabeza en la arena”, escribió en el Wall Street Journal.
Source: Periódicos