El secretario general de Hezbolá, Sayyed Hassan Nasralá, dijo “que a través de la resistencia pertenecemos a la cultura de la vida real en la que vemos que la resistencia crea vida y constituye un factor de disuasión, de defensa real en toda la región. Hay mártires que son productores de victoria y productores de vida, mientras que EEUU es quien propaga la cultura de la muerte”.
Sayyed Nasralá destacó durante su discurso con motivo de la ceremonia de Ashura organizada en el complejo Sayyed al-Shuhada (la paz sea con él) en el Suburbio del sur de Beirut que “la resistencia en el Líbano ha liberado la tierra y ha preservado la dignidad y la buena vida mientras algunos en el Líbano dicen que la cultura de resistencia es una cultura de muerte”.
Sayyed Nasralá señaló que “el yihad, la resistencia y el martirio son parte de la querida y feliz cultura de la vida porque son parte de los elementos de su defensa y supervivencia”, y agregó que “la cultura de la vida no proviene de EEUU, porque difunde la cultura de la muerte, y quien hoy expresa la cultura de la vida es quien defiende, resiste y aguanta”.
Sayyed Nasralá indicó que “se han hecho esfuerzos para distanciar a la gente de la resistencia y de los valores asociados al yihad”, subrayando que “esto se ha visto facilitado por la aparición de grupos terroristas como el Daesh, que son creación de los servicios de inteligencia estadounidenses y británicos y han utilizado literatura que ayuda a atacar la cultura religiosa y yihadista y los valores asociados, como los mártires y el yihad, para asustar a la gente”.
Sayyed Nasralá explicó que “uno de los factores para preservar una buena vida es cuando uno defiende una sociedad expuesta al peligro, a la amenaza de agresión y a la confiscación de la voluntad y la decisión. Aquí es donde entran las leyes de la defensa sagrada, el yihad, el martirio y la redención, y toda esta cultura es parte de la buena vida”, enfatizando que “la dignidad y el orgullo sólo pueden lograrse poseyendo la fuerza, la resistencia y el poder de disuasión para enfrentar al agresor y al tirano”.
Él recordó “que después del año 2000, comenzó en Occidente una fuerte campaña a nivel cultural, mediático y de otro tipo, dirigida a todo lo relacionado con la resistencia hasta el punto de que la palabra “yihad” se vistió con una connotación peyorativa. En el Líbano, desde 2005, las autoridades comenzaron a trabajar en lo mencionado anteriormente, en contradicción con la resistencia”.
Sayyed Nasralá aclaró que “la cultura del martirio es una cultura de vida y de producción de vida, y no es solo una cultura islámica, sino más bien una cultura religiosa y un determinante de la naturaleza humana”, señalando que “quien se oponga a la cultura del martirio y la resistencia contradice su naturaleza y fitra (quintaesencia), y quien usa armas para aterrorizar a la gente es quien siembra corrupción en la tierra”.
Y continuó: “Quien expresa la cultura de la vida es quien resiste, persevera, lucha y se levanta contra la ocupación y el proyecto estadounidense y sionista en la región, y esta es la cultura que exigimos”, enfatizando que “no hemos atacado a nadie, sino que es EEUU quien ha atacado a la gente de nuestra región y es “Israel” quien está atacando a nuestra gente”.
Su Eminencia recordó que “el pueblo vietnamita pudo reconquistar su tierra y esa victoria se logró con resistencia, paciencia y solidaridad, al igual que China entre los años 1937 y 1945, cuando fue ocupada por Japón y el pueblo chino resistió y ofreció millones de mártires. Si el pueblo chino hubiera permanecido sumiso, hoy estaría bajo ocupación, y peor que los países del tercer mundo, mientras que ahora es una superpotencia global”.
Por otra parte, Sayyed Nasralá afirmó que “Dios quiere que el hombre disfrute de una buena vida, según el término coránico, en este mundo y en el más allá, Dios afirmó en el Corán que matar a un ser humano equivale a matar a todos, y salvar un alma equivale a salvar a todos”, añadiendo que “ésta es la cultura de la vida, en la que matar a un ser humano equivale a un genocidio”.
Sayyed Nasralá dijo que “algunos creen que la cultura de la vida consiste en ir al mar, beber alcohol, usar ropa elegante o viajar, pero Dios quería que el hombre disfrutara de una buena vida real, una vida sana. El alimento para el cuerpo y el alimento para el alma, Dios fomentó el matrimonio por la tranquilidad y continuidad que trae y para preservar la raza humana y la vida en la Tierra. Dios pidió la formación de una familia y alentó el nacimiento de niños para educarlos para que sean buenos hombres y mujeres, contrariamente a la cultura que fomenta no tener hijos y la brecha de los valores familiares”.
Sayyed Nasralá consideró que “la cultura de la vida se traduce en conocimiento, ciencia, tecnología, desarrollo científico, seguridad alimentaria y sanitaria, matrimonio, formación de una familia, mientras que la cultura de la vida en Occidente fomenta no tener hijos, y Occidente sufre de esta política. Como prueba, vemos en Europa que la mayoría de la población es anciana”.
Su Eminencia concluyó: “La cultura de la vida está representada también por las reglas del afecto, la misericordia y el buen trato dentro de la familia, y por la oportunidad de fortalecer los vínculos familiares, los vínculos de parentesco, las relaciones con el prójimo, el respeto a los demás, el trabajo y el esfuerzo para ganarse la vida y el pan legalmente, para llevar alegría al corazón de las personas y liberarse del egoísmo y para pensar en la vida y el sustento de los demás”.
Source: Al Manar