El primer ministro palestino, Mohammad Shtayyeh, responsabilizó hoy a “Israel” de una posible nueva revuelta en los territorios ocupados debido a sus políticas de colonización y desalojo en Jerusalén Este.
“Nuestra gente que defiende sus hogares en los barrios de Sheij Yarrah, Yabal al Mukabber y Silwan está sujeta a las peores políticas y prácticas de persecución, discriminación y limpieza étnica con el objetivo de desalojarlos de sus hogares, para reemplazarlos por colonos”, denunció Shtayyeh al comienzo de una reunión del gabinete celebrada en esta ciudad.
Advertimos a las autoridades de Tel Aviv que ponga fin a esa estrategia y las hacemos totalmente responsables si la situación estalla, subrayó el jefe de Gobierno.
Shtayyeh aseguró que el pueblo palestino no capitulará ante esas acciones y las resistirá con toda la fuerza y determinación.
Asimismo, criticó la decisión israelí de no cooperar con un panel del Consejo de Derechos Humanos de la ONU para investigar los crímenes y violaciones cometidos por ese país durante su agresión a la Franja de Gaza, en mayo del pasado año.
El primer ministro instó a la comunidad internacional a asumir sus responsabilidades de proteger los derechos y la propiedad de los palestinos en Jerusalén (Al Quds) y en el resto de los territorios ocupados.
Según denunció la pasada semana la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), casi 220 familias palestinas, que suman 970 personas, están amenazadas con la expulsión de sus viviendas en Jerusalén Este por parte las autoridades israelíes.
Como ejemplo citó el caso de la familia Salem, integrada por 12 miembros, seis de ellos niños, que deberán abandonar el próximo mes su hogar de siete décadas por una orden de las fuerzas de ocupación.
El anuncio del desalojo programado aumentó la tensión en ese barrio de Jerusalén, con enfrentamientos entre residentes palestinos y colonos israelíes, respaldados por las fuerzas de seguridad de ese país, resaltó OCHA.
Sheij Yarrah ganó notoriedad internacional por las masivas manifestaciones del pasado año, cuando los tribunales israelíes reanudaron las órdenes de confiscación de viviendas de cuatro familias que residen allí desde hace generaciones.
La batalla legal y política en torno al caso devino símbolo sobre el futuro de esa parte de la ciudad, que los palestinos reclaman como la capital de su futuro Estado, una postura apoyada por la mayoría de los países.
Source: PL