Han pasado tres meses desde que los misiles balísticos iraníes golpearon la base estadounidense en Ain al Asad en Iraq y los medios occidentales aún está analizando su alcance. El ataque del 8 de enero involucró dos tipos de misiles, pero es uno de los dos el que parece haber causado el mayor pánico: Se trata del Qiam-1, esta joya táctica y técnica que mostró el dominio total de Irán en términos de ataque de precisión y que es conocido por su peculiaridad: pocos países en el mundo han sido capaces de diseñar un misil sin aletas pero que dispone de un alcance de más de 1.000 km. Los analistas militares occidentales han tratado de resolver el enigma durante algún tiempo y acudieron a Al Anbar, en los días posteriores al ataque, para analizar los restos del misil iraní.
The National Interest describe el Qiam-1 como un derivado del Shahab-2 con la diferencia de que la eliminación de las aletas reduce tanto el peso que esto significa aumentar la velocidad y el alcance del misil.
El artículo plantea especialmente la siguiente observación: “Dado que estas aletas participan en el mantenimiento de la estabilidad durante el vuelo, su ausencia del misil Qiam-1 significa que Irán ha logrado un sorprendente avance en el sistema de guía de misiles, confiando, en particular, en las paletas de escape colocadas en la base del misil. Por lo demás, el sistema de radar basado en radio del Qiam-1 permite llevar a cabo correcciones de rumbo de un sistema GPS instalado en el lanzador durante la fase de lanzamiento. El dispositivo también sorprendió a los especialistas con otra innovación, la tapa desmontable de la ojiva en forma de biberón que se supone que es un práctico vehículo de reentrada. Este mecanismo particularmente innovador permitió al Qiam-1 tener un margen de error de solo 10 metros el día que golpeó a Ain al Asad.
Los iraníes ya han lanzado su Qiam-2, una variante mejorada, caracterizada, entre otras cosas, por pequeñas aletas de guía en la punta de la ojiva del misil y la introducción de pequeñas aletas de “corte delta” en la base de la nave. Esto significa que el Qiam-2 sea aún más preciso, a lo que se agrega un dominio bastante fino de la orientación de las cabezas maniobrables. Por lo tanto, los misiles balísticos que lanzó Irán contra la base estadounidense en enero rompieron el récord de precisión. Teherán usó sus misiles para una misión específica y tuvieron éxito: poner en peligro a los activos estadounidenses en las bases aéreas de todo Oriente Medio.
El éxito del Qiam solo puede alentar a Irán a acelerar el desarrollo de sistemas de mayor alcance y luego combinarlos con un lanzador más eficiente. El dominio creciente de las tecnologías de maniobrabilidad de las ojivas por parte de Irán plantea un problema a las defensas antimisiles desplegadas en los países aliados de EEUU en el Golfo Pérsico e incluso Israel, cuyas tecnologías van dirigidas esencialmente a la interceptación de ojivas no maniobrables. El mensaje es triple: es a la vez un castigo simbólico por el asesinato del general Qassem Soleimani; una demostración de precisión dirigida a resaltar la vulnerabilidad del despliegue regional estadounidense ante la acción decisiva de Irán; y finalmente una ilustración de la capacidad de Irán para alcanzar a sus enemigos en su profundidad estratégica. Esto es una señal muy clara a “Israel” a este respecto.
Source: Press TV