El Tribunal búlgaro especializado en temas de terrorismo celebró una sesión el 17 de enero de 2018 para examinar el ataque del 18 de julio de 2012 en Burgas que mató a cinco israelíes e hirió a otros 35.
La investigación duró varios años, durante los cuales se escucharon docenas de testimonios de supervivientes del ataque, heridos y representantes de los muertos.
La investigación búlgara acusó primero a dos ciudadanos libaneses que llevaban pasaportes extranjeros, Hassan H. y Milad F. Los búlgaros en ese momento pidieron a las autoridades libanesas que los entregaran para ser interrogados. Sin embargo, esto no sucedió debido a la ausencia de un acuerdo de cooperación judicial entre los dos países, y, como resultado, fueron juzgados in absentia en Sofía.
El 18 de julio de 2014, las autoridades búlgaras también alegaron que un ciudadano libanés, Mohammad H. (de 23 años), fue el autor de este ataque en el que habría perecido.
La semana pasada, el fiscal búlgaro presentó cargos contra Hassan H. y Milad F. sin hacer ninguna referencia a un vínculo de los mismos con Hezbolá. Cabe señalar que justo después del ataque de Burgas, los líderes búlgaros de entonces, occidentales y de algunos estados señalaron a Hezbolá.
Amargura israelí
En reacción, el periódico israelí, Jerusalem Post, mostró el descontento de Tel Aviv después de la publicación del acta de acusación dado que no hay en ella ninguna mención de que Hezbolá hubiera estado implicado en el ataque, lo que priva a Israel de un elemento de propaganda contra el movimiento de resistencia libanés.
Cabe señalar que la UE había usado tales alegaciones falsas para inscribir al “ala militar” de Hezbolá en su lista de organizaciones terroristas.
Interrogada por el Jerusalem Post, la portavoz del Ministerio de Exteriores búlgaro, Milena Petrova, declaró que “el poder judicial en Bulgaria está separado del ejecutivo. El fiscal general toma sus decisiones conforme a los hechos de la investigación y no en base a consideraciones políticas.
Source: Al Akhbar