La postura de confrontación del presidente de EEUU, Donald Trump, contra México ha causado serios daños a la industria turística norteamericana.
Hacia finales de 2017 esta industria sufrirá 1.600 millones de pérdidas económicas ya que los mexicanos están perdiendo el interés en visitar EEUU, indicó la revista Forbes el pasado 30 de marzo.
Estas pérdidas podrían afectar directamente a Donald Trump, ya que aunque el actual presidente ha traspasado a su familia buena parte de los bienes de la Organización Trump, esta última posee numerosos hoteles en EEUU. Según el director ejecutivo de Trump Hotel, Eric Danziger, la compañía planea expandir sus inversiones en el territorio norteamericano. “Existen 26 grandes áreas metropolitanas en EEUU y estamos en cinco”, dijo Danziger. El grupo tiene ocho hoteles en total, pero podría ampliar el número.
En su campaña electoral a la Presidencia de EEUU, Trump describió a los mexicanos como “violadores, delincuentes y gente que ha traído el crimen a EEUU”.
Esto, sin embargo, no se corresponde con la realidad. Según Alex Nowrasteh, del Instituto Cato, “con pocas excepciones, los inmigrantes mexicanos son menos tendentes al crimen que los nativos”. Él extrajo estas conclusiones de un informe titulado “Inmigración y Crimen: Lo que la Investigación dice”.
El estudio muestra también la existencia de una amplia desigualdad racial en EEUU. “Las diferencias étnicas en el estatus económico que caracterizan a la actual población inmigrante dominarán las discusiones sobre la política social estadounidense durante gran parte del s. XXI”, señaló un informe de la Oficina Nacional de Investigación Económica de 2006.
La retórica inflamatoria de Trump, que usa como cabezas de turco a personas de otros países, tales como México y China, ha provocado la ansiedad en círculos económicos norteamericanos. Estos sectores creen que el país necesita a inmigrantes, pero desde 2007, un año antes del estallido de la crisis económica que llevó a la caída de los mercados vinculados a las hipotecas y subprimes, la inmigración ilegal ha sido “cero o negativa”, según el economista Noah Smith en un artículo publicado en Bloomberg News.
“El actual fervor anti-inmigrante entre los partidarios incondicionales de Trump podría ser simplemente un breve espasmo de ira por parte de una minoría estridente”, observó Smith.
Los llamamientos anti-inmigración que “animan las políticas de estado policial plantean una amenaza más relevante y flagrante al estilo de vida estadounidense que la imaginaria amenaza de la inmigración”, concluyó.
Source: Sputnik