Abdel Bari Atwan, analista del mundo árabe, dedicó el editorial del periódico Rai al Youm a la ocupación forzada del territorio iraquí por parte del Ejército estadounidense.
La administración de EEUU ha rechazado el voto del Parlamento iraquí para retirar las tropas norteamericanas de Iraq. Mientras tanto, el secretario de Estado Mike Pompeo ha expresado interés en continuar la misión de la OTAN en el país. De hecho, la OTAN suspendió las operaciones de entrenamiento en Iraq luego de que EEUU asesinara al general iraní Qassem Soleimani en un ataque con drones en Bagdad y en medio de crecientes tensiones regionales.
Como de costumbre, al principio, Atwan hizo algunas preguntas: ¿Ha llegado la hora de la Resistencia? ¿Por qué creemos que Trump es quien debe pagar por estos ataques recientes y no los iraquíes?
Donald Trump no tiene derecho a rechazar la decisión oficial del gobierno iraquí, porque el acuerdo firmado entre las dos partes, que permitió legalmente el despliegue de 5.300 militares estadounidenses en Iraq para proporcionar capacitación y asistencia a los combatientes iraquíes que luchan contra el terrorismo, no lo permite. Ahora que el Daesh ha sido derrotado, Iraq ya no necesita la ayuda de un estado invasor y ocupante.
Dos elementos importantes confirman las antiguas intenciones hostiles de EEUU hacia Iraq y toda la región: primero, el anuncio del secretario de Estado de EEUU de un plan para expandir la presencia de la OTAN en Iraq, que es sinónimo del despliegue de nuevas fuerzas estadounidenses. Un nuevo desafío para el Parlamento y el gobierno iraquí, y una repetición de acciones pasadas sobre la base de nuevas mentiras. En segundo lugar, Donald Trump dijo en Fox News que si Iraq insistía en la retirada de las fuerzas estadounidenses, tendría que reembolsar a los EEUU por sus inversiones realizadas en las bases del país en los últimos años. Si no, el ejército estadounidense se quedaría allí.
En el primer caso, EEUU continúa negando la soberanía de Iraq.
El primer ministro, Adel Abdel Mahdi, tiene todos los motivos para advertir que no permitirá que las fuerzas estadounidenses entren en territorio iraquí y para negarles el acceso al espacio aéreo del país. Las acciones de la administración norteamericana son un insulto para la nación y el gobierno iraquíes.
Pero en el segundo caso, la declaración de Trump es otra ofensa a la dignidad de los iraquíes. La ocupación no fue el resultado de la voluntad del gobierno iraquí, sino el resultado de una conspiración. La solicitud de compensación de Trump es bastante insolente. De 1991 a 2003, el bloqueo de Iraq causó la muerte de más de 2 millones de iraquíes afectados por el hambre y las enfermedades o por los bombardeos.
Por lo tanto, EEUU está en el origen de las crisis regionales: a veces debido a su retirada del acuerdo nuclear iraní bajo la presión de Israel, a veces ordenando el asesinato del general Qassem Soleimani, comandante en jefe de la Fuerza Al Quds del Cuerpo de la Guardianes de la Revolución Islámica, y su compañero de armas, Abu Mohammad al-Mouhandis, subjefe del Hashid al Shaabi. El arresto de una red de espías compuesta por tres personas en el aeropuerto de Bagdad, y que había proporcionado a EEUU información sobre el viaje del teniente general Qassem Soleimani en un avión de pasajeros desde Damasco, pronto dará nuevos elementos a la investigación.
El gran pueblo iraquí y las fuerzas de la Resistencia tarde o temprano lograrán expulsar al ejército estadounidense de Iraq. Llegará el día en que el Ejército estadounidense le ruegue al gobierno iraquí irse de una forma segura, como ahora está rogando a los talibanes en Afganistán.
EEUU no tiene derecho a pisotear la dignidad de las naciones, violar su soberanía y socavar su imagen de una manera tan provocativa. Cualquier discurso brillante sobre su supremacía e invencibilidad es un engaño ante el cual uno debe estar atento.
Obligado a abandonar Iraq en 2011, el Ejército de EEUU intenta nuevamente ahora fortalecer su presencia allí. Sus fracasos consecutivos proceden de su debilitamiento.
Iraq nunca se rendirá y no se someterá al chantaje financiero y militar de los estadounidenses, porque su gobierno no es una república bananera fundada con el apoyo de EEUU. Por el contrario, Iraq es un país con una civilización de más de 8.000 años. Su gente es digna, orgullosa, imbuida de valores morales y religiosos y podrá resistir a la ocupación estadounidense.
Source: Rai al Youm