Ausente de los titulares durante la quinta ronda de conversaciones indirectas con EEUU, un tren de carga procedente de China llegó a Irán la semana pasada.
El tren, procedente de la ciudad de Xian, en el este de China, llegó al puerto seco de Aprin, cerca de Teherán, con un cargamento de paneles solares, justo a tiempo para el apremiante impulso de Irán por expandir su capacidad de energía renovable.
Con la línea ferroviaria lejos de cualquier presencia militar estadounidense, Irán puede exportar petróleo e importar mercancías de China con tranquilidad si se interrumpe el comercio marítimo debido a un conflicto en el golfo Pérsico o el estrecho de Taiwán.
El 90 % de las exportaciones de Irán a China son productos derivados del petróleo, como petroquímicos, derivados del petróleo y gases, o productos mineros, como concentrado de cobre, concentrado de hierro, etc.
Si bien estas mercancías son difíciles de transportar por ferrocarril, la ruta ferroviaria ofrece una vía alternativa vital para proteger el comercio bilateral de los tentáculos de la hegemonía estadounidense.
La ruta ferroviaria también acorta los plazos de entrega de las mercancías a 15 días, en comparación con los 30 días que se tardan por vía marítima, y ayuda a China a evadir el cuello de botella del estrecho de Malaca.
El estrecho es una vía fluvial estrecha por donde pasa una parte significativa de las importaciones chinas de petróleo crudo procedentes de Asia Occidental y África.
Además, dado que el Mar Rojo se ha convertido en una zona de conflicto entre las fuerzas de resistencia de Yemen, por un lado, e “Israel” y sus aliados, por el otro. Los costes de transporte han aumentado un 250 %, según la BBC, y el tránsito ha disminuido un 70 %.
El Corredor Este-Oeste, que une a China con Irán, los estados ribereños del Golfo Pérsico, África y, en última instancia, Europa, constituye una de las rutas comerciales más seguras actualmente en funcionamiento.
El 12 de mayo, funcionarios ferroviarios de Irán, China, Kazajistán, Uzbekistán, Turkmenistán y Turquía se reunieron en Teherán para impulsar una red ferroviaria transcontinental que conecte Asia con Europa.
Las seis naciones acordaron tarifas competitivas y estándares operativos para optimizar los servicios ferroviarios regionales e impulsar la conectividad comercial.
China e Irán han ampliado sus relaciones comerciales y económicas en los últimos años. Ambos países comparten una visión estratégica para contrarrestar la hegemonía global de EEUU, tras haber enfrentado sanciones y otras presiones por parte de este último.
Irán forma parte de la iniciativa china “Una Franja y Una Ruta” (BRI), que busca restablecer las rutas comerciales terrestres, conocidas anteriormente como la Ruta de la Seda.
La conexión ferroviaria integra a Irán en la BRI, valorada en un billón de dólares, y sienta las bases para unas relaciones políticas y económicas más profundas. Su origen se encuentra en un histórico acuerdo de cooperación económica de 25 años por un valor de 400.000 millones de dólares, firmado en 2021.
La exitosa implementación del proyecto ferroviario demuestra la solidez y el potencial de la infraestructura logística iraní para atraer carga internacional. Puede servir como modelo para el desarrollo y fortalecimiento de las rutas comerciales internacionales y como un ejemplo exitoso de integración económica regional e internacional.
Sus ventajas sobre corredores competidores, como el Corredor Medio Transcaspio, que incluye a China, Kazajistán, Azerbaiyán, Georgia y Turquía, aumentarán la posición de tránsito de Irán en la región, facilitarán el comercio y promoverán la economía y el emprendimiento de la República Islámica.
En general, la implementación del plan del Corredor Este-Oeste, en el marco de la Nueva Ruta de la Seda, y del plan del Corredor Norte-Sur a través de Irán puede fortalecer la posición del país en el nuevo orden regional.
En una perspectiva más amplia, el proyecto de conexión ferroviaria China-Irán es una alternativa estratégica al proyecto del Corredor Económico India-Oriente Medio-Europa (IMEC), cuyo objetivo es convertir a “Israel” en una puerta de entrada para el comercio de bienes y energía en Asia Occidental.
Comienza en la India y se extiende hasta los Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudí y Jordania, antes de llegar a los territorios ocupados por “Israel” y llegar a Europa a través del mar Mediterráneo.
En otras palabras, el proyecto ferroviario entre Irán y China debe considerarse en el contexto de una importante guerra de corredores entre Irán y China con EEUU, que determinará el futuro del nuevo orden mundial.
El futuro está en mejorar la infraestructura de transporte y aduanas a lo largo del corredor para facilitar aún más el comercio y el movimiento de mercancías.
Además, los esfuerzos para aumentar el número de trenes y mejorar los horarios de transporte contribuirán a fortalecer este corredor y a crear redes comerciales más amplias.
Source: Press TV