El presidente de EEUU, Donald Trump, está liderando una feroz campaña contra Sudáfrica a travésd las sanciones, en un intento de obligarlo a abandonar su apoyo a Palestina.
Al comienzo de su segundo mandato, el presidente estadounidense, Donald Trump, prometió ayudar a la entidad enemiga en todos los foros internacionales e imponer sanciones a cualquiera que se oponga a los crímenes sionistas. Una política que explica de forma clara e inequívoca la escalada sin precedentes contra Sudáfrica y sus papeles regionales e internacionales, el intento de obligarlo a retirarse de su papel de apoyo diplomático a la causa palestina y su intento de exponer los crímenes de la ocupación sionista en la Corte Internacional de Justicia de La Haya.
Está claro que existe un ataque norteamericano muy feroz contra Sudáfrica y sus roles regionales e internacionales, cuya manifestación más prominente es el asedio de Pretoria y la reducción de su nivel de cooperación con varios países africanos, como la República Democrática del Congo, Mozambique, Angola y otros, ya que las políticas de Pretoria en esos países entran en conflicto –desde el punto de vista de Washington– con la visión norteamericana dentro de un contexto más amplio titulado confrontar la influencia rusa y china y proteger los intereses occidentales en los países antes mencionados y otros.
Uno de los socios comerciales más importantes de EEUU en África, Trump ha imponando sanciones contra él, firmando una orden ejecutiva para detener la ayuda financiera bajo varios pretextos, pero el más destacado de ellos, según trump, es atreverse a presentar una demanda contra Israel, lo que perjudica la política exterior de EEUU. Añadió que Sudáfrica ha adoptado posturas agresivas hacia EEUU y sus aliados, incluyendo acusar a “Israel” de cometer genocidio en la Corte Internacional de Justicia, y revitalizar sus relaciones con Irán para desarrollar acuerdos comerciales, militares y nucleares.
Sin citar pruebas, Trump afirmó que Sudáfrica estaba confiscando tierras de minorías étnicas y que ciertos grupos de personas estaban siendo tratados muy mal, refiriéndose a los agricultores y terratenientes blancos. “La situación en Sudáfrica es muy peligrosa y muy mala para mucha gente allí”, dijo Trump. “Están sucediendo cosas difíciles ahí fuera. No pagaremos el dinero hasta asegurarnos de la situación allí”.
Por el contrario, Sudáfrica condenó lo que consideró una campaña de desinformación y propaganda destinada a distorsionar su imagen y rechazó la política de intimidación y chantaje. El Presidente sudafricano Cyril Ramaphosa afirmó su continuo apoyo y su solidaridad con el pueblo palestino, diciendo que este pueblo está sufriendo indescriptiblemente como resultado de décadas de ocupación ilegal.
Source: Al Manar