En medio del silencio sirio, que no fue más allá de presentar una “queja” al Consejo de Seguridad contra “Israel” tras sus intensos ataques dirigidos a destruir las capacidades militares sirias y su continua incursión en el sur del país, las fuerzas de ocupación israelíes siguen su avance, al llevar a cabo una nueva entrada en la zona rural del norte de Quneitra, en las colinas de Al-Hamr, al este de la ciudad de Hadar y la aldea de Taranja, en la que completaron la tarea de arrancar árboles, demoler casas y tierras agrícolas, volar depósitos de armas, destruir cuarteles del ejército sirio, y advertir a los residentes que la zona es “militar y nadie tiene permitido acercarse a ella”.
Una fuerza israelí apoyada por un convoy de tanques avanzó hacia las aldeas de Al-Asha y Abu Ghara en la zona rural del sur de Quneitra. Las fuerzas israelíes también entraron en la granja Al-Hiran y en la compañía de tanques en la zona rural del sur de Quneitra. El hecho se produce después de que las fuerzas israelíes informaran ayer a los habitantes de la zona rural de Quneitra de que consideraban las aldeas que habían tomado como zonas militares. También volaron depósitos de armas y destruyeron fortificaciones con bulldozers, y exigieron a los residentes que entregaran las armas que habían sido saqueadas a las unidades militares de la zona.
Los avances israelíes han hecho que los residentes sientan una clara sensación de frustración. La realidad de la situación plantea interrogantes sobre la posición de la nueva administración siria al respecto y sobre la eficacia de su papel a la hora de exponer las violaciones contra los residentes y sus propiedades. El enemigo no se conformó con continuar su ocupación y mordisquear más zonas, sino que se concentró en consolidar la ocupación y fortificar 13 puntos en el sur de Siria tras la transformación política del país.
En Yabatha al-Khashab, la situación no es menos mala, ya que la ocupación avanzó hacia nuevas zonas y estableció puntos militares dentro del bosque, pavimentando una carretera que se extiende unos 3 kilómetros dentro del territorio sirio. El alcalde de la ciudad dijo que el enemigo exigió que se entregaran las armas en poder de los residentes, ya que el enemigo afirma que estos poseen dichas armas después de conseguirlas en los cuarteles militares de la zona.
El alcalde expresó su negativa a reunirse con la parte israelí a la luz de la presencia de un gobierno sirio que se encarga de recibir las armas y dirigirse al enemigo.
El jueves 2 de enero, las fuerzas de ocupación tomaron el control de la presa de Mantara, en el sector central de la gobernación de Quneitra, que es el mayor depósito de agua en el sur de Siria con una superficie de 40,2 millones de metros cúbicos de agua a una altura de 40 metros, levantando barreras de tierra para evitar que los residentes lleguen a ella. Se trata de una de las violaciones más graves y peligrosas contra el pueblo sirio, que se comete al privarlo de sus recursos vitales bajo la amenaza del uso de la fuerza y aprovechando la situación de inestabilidad del país, lo que supondrá una amenaza existencial para la seguridad hídrica siria, en vista de los enormes cambios climáticos y la disminución de las reservas de agua en la región. A esto hay que sumar el control del enemigo sobre la zona natural más alta de Siria, el “Monte Hermón”, que contiene un enorme depósito de agua.
La administración siria había presentado una queja ante el Consejo de Seguridad por el avance israelí en su territorio, mientras que un funcionario israelí dijo: “El ejército permanecerá en las zonas que ha ocupado hasta que esté convencido de que las nuevas autoridades no representan una amenaza para “Israel””.
Source: Al Manar