Cuando una economía se contrae durante dos trimestres consecutivos se tiene una recesión. Los temores de recesión para EEUU han estado presentes durante algún tiempo, y están aquí, a pesar de la negación del presidente Joe Biden.
Uno de los factores que ha acelerado el declive de la economía ha sido el aumento de los precios de la energía, que ha afectado a los precios de todos los bienes, desde los alimentos hasta otros suministros básicos, provocando inflación.
Actualmente, EEUU está experimentando una inflación superior al 9%, algo que no había experimentado en más de cuatro décadas.
El experto de la Universidad de Londres Steve Keen ha señalado que “la economía estadounidense ha sido golpeada por una amplia gama de factores. Pero ciertamente está entrando en una recesión porque, en primer lugar, el gobierno está recortando sus gastos en un ridículo intento de equilibrar su presupuesto, lo que no debería estar tratando de hacer en primer lugar. Y luego están las tasas de interés altas en comparación con lo que habían sido en el pasado reciente”.
Tal como van las cosas, especialmente la guerra en Ucrania, esto es cualquier cosa menos temporal. El alcalde de Nueva York ha pintado un panorama aún más sombrío. Ha dicho que “estamos en una crisis financiera como nunca te la puedes imaginar. Wall Street se derrumba. Estamos en una recesión”.
La economía estadounidense es típica de muchas economías alrededor del mundo, especialmente las de Europa. Uno de los signos reveladores es el precio de la energía, que ha afectado tanto a Europa que las economías de países como Alemania, el Reino Unido, Francia e Italia están experimentando contracciones del PIB o un lento crecimiento económico.
EEUU al igual que Alemania tiene un alto déficit comercial, que es cuando las empresas importan más y exportan menos, dinámica que lastra al PIB y el futuro parece sombrío.
Mientras los economistas aún se enfrentan a las consecuencias de la pandemia de COVID, con las cadenas de suministro aún no recuperadas por completo, EEUU sigue una política agresiva hacia China, lo que implica una guerra comercial y más daños para la economía estadounidense.
Europa está empeñada a seguir el ejemplo de EEUU, lo que solo puede empeorar las cosas para sus economías.
Source: Press TV