El viceprimer ministro ruso, Dimitri Rogozin, ha hablado de la puesta en servicio del caza ultrasofisticado MIG-35 y el despliegue de este aparato en Siria.
Rogozin dijo que el avión había realizado ya varios vuelos de entrenamiento en Rusia. Se trata de una versión optimizada de los aviones MIG-29 y MIG-20M.
El caza puede identificar al mismo tiempo a 30 objetivos y atacar seis aéreos y cuatro terrestres al mismo tiempo.
Algunas fuentes han indicado que el avión liderará a la flota rusa en Siria.
Al mismo tiempo, Rusia ha reemplazado a los aviones Su-24 por los más avanzados Su-25 SM3. Al menos 12 de estos últimos han sido ya desplegados en ese país y es probable que otros 48 a 52 sean enviados también allí en las próximas semanas. Esto es también una señal de que Rusia va a cambiar de táctica en la lucha contra los terroristas en Siria y que está prevista una gran escalada ofensiva terrestre por parte del Ejército sirio.
El Su-25 ha sido modernizado en varias etapas y la última modernización, la del Su-25SM3, tuvo lugar en 2013. Unos 270 aviones modernizados están ahora en servicio en las Fuerzas Aéreas rusas.
El cambio de táctica de Rusia en Siria sugiere que los aviones rusos estarán obligados a llevar a cabo ataques a una distancia próxima con el fin de crear brechas en las defensas de los terroristas para permitir rápidos avances por parte del Ejército sirio.
El Su-25SM3 es el mejor adaptado para tales misiones de apoyo próximo. La mayor parte de las misiones de apoyo a corta distancia son efectuadas durante la noche, sin informaciones detalladas de parte de drones. Los aviones operan en grandes patrullas y a gran altitud en zonas situadas por encima del territorio de los terroristas.
Una vez que el objetivo ha sido identificado, el piloto lanza un ataque con misiles o bombas contra él.
Estas misiones de apoyo próximo requieren una coordinación perfecta del espacio y el tiempo con los soldados que actúan en el suelo. Esto precisa la utilización de oficiales rusos especializados en la guía de Su-25 para indicarle los objetivos situados en el suelo en primera línea.
Primero, ellos identifican su posición a los pilotos que efectúan la aproximación por radio y, de noche, por un dispositivo de láser invisible, que es captado por los detectores electro-ópticos del avión ruso.
El avión ruso Su-25 dispone de un blindaje de 500 kgs con un espesor de 15 a 30 mm, lo cual le permite resistir los proyectiles de calibre de hasta 23 mm. Su blindaje de fibra de carbono también resiste los productos de fragmentación resultantes de la explosión de proyectiles.
Source: Agencias