El ejército estadounidense acaba de anunciar que ha comenzado una retirada total de Afganistán y existe un acuerdo unánime de que la guerra más larga de EEUU ha sido un completo fracaso.
Con el objetivo de erradicar el terrorismo, la guerra solo provocó la proliferación del terrorismo: grupos como el Daesh y Al Qaida infestaron grandes extensiones de territorio desde Mali hasta Iraq. Iniciada en 2001, ni siquiera un mes después de los ataques del 11 de Septiembre, con el pretexto de erradicar a los talibanes, EEUU sale de Afganistán sin tener siquiera suficiente influencia para llevar a los talibanes a la mesa de negociaciones.
El nuevo presidente de EEUU, Joe Biden, dijo que la retirada estará terminada el 11 de Septiembre. Los talibanes amenazaron con grandes represalias si EEUU se queda después de la fecha límite del 1 de mayo negociada por Donald Trump.
La invasión de Afganistán condujo a la Ley Patriota que supuso un golpe a la libertad, institucionalizó la islamofobia y la histeria bélica prolongada de la era de George W. Bush. Barack Obama contribuyó con ataques con drones, un aumento del número de tropas y manteniendo abierta la Bahía de Guantánamo, incluso después de ganar un Premio Nobel de la Paz.
Por su parte, Donald Trump llegó al poder en gran parte debido a su promesa de evitar el inicio de más guerras devastadoras en el extranjero como la de Afganistán.
Más de 2.000 soldados estadounidenses murieron en combate, pero casi un millón sirvieron en Afganistán. No solo trajeron a casa un trauma físico y psicológico, sino quizás a menudo una visión altamente militarizada de la política global.
La “guerra contra el terror” puede estar concluyendo, pero su legado es una inmensa devastación en casa y en todo el mundo musulmán. EEUU ahora busca contrarrestar una supuesta amenaza de China y Rusia.
Source: Press TV