“Basta con que Ansarulá avance hacia Nayran y Yizan, y la situación interna en Arabia Saudí hará que el régimen saudí entre en declive”. Esta es la quintaesencia de un análisis de Mohammad-Parsa Nayafi, escrito para el sitio de análisis político iraní Rahbord-e Moaser (Estrategia contemporánea). Las siguientes líneas resumen el artículo.
Para llevar a cabo operaciones de reconocimiento y bombardeo, la coalición saudí necesita utilizar los aeropuertos de Rey Jaled, Abha, Yizan y Nayran. En el caso de que el Ejército yemení y los Comités Populares (afiliados a Ansarulá) se apoderen de estas instalaciones de los saudíes, el conflicto se trasladará dentro de las fronteras de Arabia Saudí y el régimen saudí entraría en declive.
El método del Ejército yemení para atacar estos aeropuertos, convertidos en bases militares, es utilizar misiles y drones, lo que interrumpe los vuelos de aviones y los drones de asalto y espionaje saudíes. Estos ataques también envían un mensaje a los habitantes de dichas regiones, que se han convertido en rehenes de los gobernantes saudíes, en el sentido de que las bases saudíes están bajo una gran presión militar del Ejército yemení y Ansarulá.
Durante todos estos años, el régimen saudí no ha hecho más que construir bases y saquear la riqueza petrolera de estas tres antiguas provincias de Yemen del Norte (Nayran, Yizan y Asir) que Riad ocupó en la década de 1930. Encontrar la manera de reabrir el caso de las tres provincias, supuestamente yemeníes y ocupadas por Arabia Saudí, pondrá a Riad bajo una enorme presión.
Desde un punto de vista militar, la fuerza terrestre yemení es capaz de entrar en estas tres provincias. Basta que se tomen de nuevo las capitales de las dos provincias de Nayran y Yizan, y todo cambiará a favor de los yemeníes. Entonces, es probable que el efecto dominó exponga a otras provincias de Arabia Saudí a caer y colapsar.
Hay una razón por la que las fuerzas yemeníes no han buscado avanzar en estas provincias. Ansarulá es fiel a su principio de no entrar por la fuerza en ninguna ciudad yemení. Tomemos el ejemplo de las dos provincias de Al Yauf y Maarib. En cuanto a los acontecimientos sobre el terreno, Ansarulá pudo establecer rápidamente su control sobre las zonas habitadas de la provincia de Al Yauf, donde la población local estaba harta de los abusos del régimen saudí. En cuanto a la provincia de Maarib, Ansarulá prefirió esperar, aunque hace ocho meses ya era posible liberar la capital de esa provincia, para que la infraestructura petrolera e industrial de la provincia no se viera dañada por los enfrentamientos. Esta política de paciencia, que parece haber prolongado durante relativamente mucho tiempo la liberación de Maarib, ha demostrado ser muy eficaz en términos de estabilidad y calma en las provincias bajo el control de Ansarulá.
Aunque Washington, Londres y Riad están por la continuación de la guerra en Yemen, bajo la ilusión de que la solidaridad del pueblo yemení se derrumbará, la situación ha cambiado a favor de Ansarulá, que ha sabido fortalecerse cada día más. El mitin realizado hace unos días en Sanaa con motivo del aniversario del nacimiento del Profeta del Islam, al que asistieron millones de yemeníes, fue una muestra del apoyo del pueblo yemení al movimiento Ansarulá.
Basta con que el Gobierno de Salvación Nacional avance hacia Nayran y Yizan, y la situación en el escenario político interno de Arabia Saudí hará que el régimen saudí entre en declive, no sin causar miedo a todas las monarquías de la región del Golfo Pérsico.
Source: Press TV