El Ministerio de Defensa ruso advirtió que los terroristas takfiris y el grupo de los llamados Cascos Blancos se están preparando para llevar a cabo un ataque químico de falsa bandera en la zona de desescalada de la asediada provincia de Idleb, en el noroeste de Siria, para tratar de incriminar a los soldados del Ejército sirio.
El subjefe del Centro para la Reconciliación de los bandos opuestos en Siria del Ministerio, el contralmirante Alexander Grinkevich, dijo en una conferencia de prensa en Moscú el martes que su centro tenía evidencias de que los terroristas takfiris estaban planeando organizar una nueva provocación con cloro en la aldea de Sfuhon, al sur de la capital de la provincia de Idleb.
“El Centro de Reconciliación de Rusia ha recibido información de que militantes de grupos armados ilegales están preparando una provocación en la parte sur de la zona de desescalada de Idleb para implicar a las fuerzas del gobierno sirio en el uso de la guerra química contra civiles”, dijo Grinkevich.
El funcionario añadió que miembros de los Cascos Blancos, que se autodenominan un grupo de defensa civil, llegaron a la zona y recibieron varios barriles de cloro de los militantes takfiris que operan en Idleb.
El 12 de septiembre, el Ministerio de Defensa ruso declaró que los militantes afiliados al llamado grupo terrorista Hayat Tahrir al Sham (HTS), el nuevo nombre que emplea el Frente al Nusra, estaban trabajando para lanzar un ataque químico de bandera falsa en Idleb para incriminar a las tropas gubernamentales e inventar un pretexto para posibles actos de agresión contra el país árabe.
Grinkevich dijo en ese momento que los takfiris planeaban filmar un envenenamiento fabricado de civiles en el área de Yabal al Zawiya, ubicada al suroeste de la ciudad de Idleb, y posteriormente publicar el vídeo en las redes sociales o entregarlo a los medios de comunicación occidentales y árabes para crear la falsa noción de que las fuerzas del Ejército sirio habían atacado la región con armas químicas.
Los gobiernos occidentales y sus aliados se han apresurado a señalar con el dedo a Damasco cada vez que se ha producido un aparente ataque químico.
Siria entregó su arsenal de armas químicas en 2014 a una misión de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ), que supervisó la destrucción del armamento. También ha negado sistemáticamente el uso de armas químicas.
Source: Press TV